Resumen:
En el siglo XIX se produce un cambio fundamental en la jerarquía de las artes encabezada ahora por la música de la que la pintura extraerá su nuevo parangón. Por ello, la música de moda del compositor alemán Richard Wagner y, sobre todo, sus ideas estéticas dadas a conocer a través de sus escritos, van a influir de manera decisiva en el devenir de las artes durante la segunda mitad de la centuria. Este "fenómeno wagneriano" aunque de raíces germanas va a desarrollarse con mayor intensidad en Francia, generadora de toda una mitografía en torno al artista y la obra de arte que se difundirá a otros territorios europeos. A España también llegará este fenómeno pero, si bien la música del compositor comienza a ser conocida fragmentariamente desde los sesenta, no será sino hasta finales de siglo cuando podamos hablar de un fenómeno ya asentado en nuestro territorio y que seguimos a través de las transformaciones que se acusan en la capital española. Entre 1890-1915, se produce esta progresiva ascensión del wagnerismo que corre parejo al del triunfo de la pintura simbolista que se corresponde con el ideal de "pintura anímica" postulado por Wyzewa.
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