El contexto histórico y socioeconómico tienen una influencia significativa sobre la rentabilidad de las organizaciones. Aquellas que cuenten con una capacidad superior para adelantarse a las circunstancias tendrán más probabilidades de mantener mejores resultados a futuro (Rohrbeck and Kum, 2018). Para ello, entre otras, las organizaciones deben asegurarse estar en consistencia con el contexto legal, socio-cultural y tecnológico en el que operan (Pin Arboledas, 2006). En otras palabras, las organizaciones deben de adaptar sus políticas de dirección de personas para atraer y retener aquel talento necesario para hacer frente a las condiciones cambiantes del mercado laboral, del consumidor, del mercado competitivo y la tecnología (Pin Arboledas et al., 2020). Unos factores que se han visto altamente tensionados por una época marcada por un contexto VUCA-D242 y donde la globalización juega un papel protagonista.
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