Los hongos corticioides (Agaricomycotina, Basidiomycota) son un grupo polifilético que comparte una morfología sencilla del basidioma (resupinada o efuso-refleja) y un mismo nicho ecológico (madera muerta). Durante mucho tiempo, sobre la base de esa similaridad morfológica, se habían agrupado en una misma familia, Corticiaceae, pero gracias a la aplicación de las técnicas moleculares se ha demostrado que se distribuyen en los principales linajes de Agaricomycotina. Además, como los hongos en general, los corticioides en particular se han considerado de distribución amplia.
Durante las últimas décadas, las aproximaciones moleculares basadas en secuencias de ADN han sido una herramienta fundamental en el estudio de diversidad de este grupo de hongos, ya que han permitido analizar complejos integrados por varias especies con patrones de distribución más restringidos, demostrando que las distribuciones inferidas dependen, en buena medida, del método de reconocimiento utilizado. Hoy en día se considera que para conseguir una delimitación de especies precisa es necesario estudiar la diversidad dentro del marco de una taxonomía integradora, incorporando datos de diferentes fuentes de evidencia taxonómica para así minimizar los sesgos que conlleva el estudio basado únicamente en datos morfológicos. Este enfoque permite delimitar con más precisión las especies e inferir sus patrones de distribución geográfica y, en consecuencia, llegar a reconocer los procesos que explican esos patrones de distribución.
La hipótesis de trabajo de esta tesis doctoral es que los patrones de distribución inferidos en hongos corticioides están relacionados con el método de reconocimiento de especies utilizado. Para corroborar o refutar la hipótesis, se abordaron los siguientes objetivos: 1) Evaluar los patrones de distribución de los hongos corticioides sobre la base de una taxonomía integradora; 2) Analizar los posibles procesos responsables de las distribuciones resultantes. Estos objetivos se han trabajado a lo largo de cuatro capítulos, para los que se han extraído las siguientes conclusiones: Los patrones de distribución inferidos para las especies de hongos corticioides aparecen sesgados por los criterios de reconocimiento empleados. Así, la delimitación basada exclusivamente en datos morfológicos ha sobreestimado la distribución en hongos corticioides como Aleurodiscus limonisporus, Cystostereum murrayi o Amylostereum laevigatum.
Las especies detectadas en las aproximaciones filogenéticas se han corroborado con los análisis de tipo morfológico, lo que confirma la importancia de esta fuente de evidencia taxonómica.
Los estudios monográficos de géneros, sobre la base de una taxonomía integradora, son necesarios para tener un conocimiento más preciso de la diversidad fúngica y desvelar los taxones que pueden permanecer ocultos en complejos de especies, así como las identificaciones erróneas.
No se pueden inferir los patrones de distribución de aquellas especies asociadas a pocos registros o exclusivamente al ejemplar tipo, ya que probablemente presenten patrones más amplios que son aún desconocidos.
A medida que se incorporan datos de diferentes fuentes de evidencia, se alcanzan inferencias más robustas que permiten interpretar el patrón de distribución. Los análisis de coste basados en datos vectoriales de viento prueban la relevancia de la dispersión a larga distancia mediada por el viento hacia los archipiélagos oceánicos.
Los resultados obtenidos en esta tesis doctoral evidencian que el conocimiento sobre los hongos corticioides es desigual a muchos niveles. Es especialmente notable la necesidad de exploración de las regiones desconocidas, que nos permita aumentar las colecciones y desarrollar trabajos florísticos.
Además, la falta de registro fósil en hongos supone un impedimento a la hora de evaluar la diversidad y sus distribuciones dentro de un marco evolutivo.
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