INTRODUCCIÓN. Las infecciones neonatales constituyen una de las patologías más prevalentes y representan una de las principales causas de mortalidad durante este periodo de la vida. Gran parte de los recién nacidos (RN) que ingresan durante el primer mes de vida con sospecha de sepsis bacteriana (SB) son diagnosticados de infecciones producidas por virus. Los virus mayormente implicados en la infección neonatal son los enterovirus (EV) con una incidencia de 7 casos por cada 1000 RN.
El objetivo de este estudio es demostrar la importancia de los EV como agentes etiológicos en la infección neonatal por sus diferencias en cuanto al manejo clínico y las medidas terapéuticas a seguir.
MATERIAL Y METODOS. El presente trabajo consiste en un estudio retrospectivo con recogida prospectiva de los datos. Se incluyeron un total de 332 RN de edad gestacional > 34 semanas gestacionales (SG) atendidos en la Unidad de Neonatología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau entre enero del 2002 hasta diciembre del 2017 y con el diagnóstico inicial de sepsis neonatal (SN).
RESULTADOS. El porcentaje de infecciones por EV fue superior al de SB con un 34,6% y 32,5% respectivamente del total de RN estudiados. Los RN con infección por EV presentan menor patología materna a excepción de la enfermedad hipertensiva del embarazo (p<0,001), son RN sanos con mayor edad gestacional, mayores puntuaciones de Apgar y mayor peso al nacimiento (p<0,001) y en la mitad de los casos existen antecedentes de ambiente epidémico familiar (p<0,001).
La fiebre se presenta en el 72% de los RN con infección por EV y la meningitis es la forma clínica más frecuente afectando al 61,7% de los casos. Las características del líquido cefalorraquídeo (LCR) de los pacientes con meningitis fueron similares en ambos grupos y solo encontramos diferencias significativas en la concentración de proteínas, superior en el grupo de SB (p>0,001). Las formas graves de la enfermedad fueron poco frecuentes (1,7%). El 51,4% de los pacientes con infección por EV fue sometido a tratamiento antibiótico (ATB).
La detección de EV en muestras de LCR mediante reacción en cadena de la polimerasa-transcriptasa inversa (RT-PCR) mostró una elevada sensibilidad, especificidad y un elevado valor predictivo positivo y negativo en el diagnóstico de la infección por EV.
La evolución clínica de los pacientes con infección por EV fue favorable con resolución sin secuelas en la mayoría de los casos. La letalidad del cuadro en nuestros niños fue del 0,9%.
Los EV más frecuentemente implicados en la enfermedad neonatal por EV fueron E11, E6, E7 y CVB5.
Se obtuvo un modelo predictivo que permite calcular la probabilidad de riesgo de presentar SB o infección por EV y clasificar correctamente el 99% de los RN con una precisión del 95,6%. Las variables que mostraron una asociación con la infección por EV fueron la mayor edad en días de vida en el momento de padecer la enfermedad, mayores puntuaciones en el test de Apgar a los 5 minutos, el mayor peso al nacimiento, el ambiente epidémico y la alteración del sensorio.
CONCLUSIONES. Es necesario la inclusión de los EV en el estudio inicial de los RN con sospecha de sepsis neonatal ya que estas infecciones se presentan con una elevada prevalencia en nuestro estudio. Los RN con EV comparten similitudes clínicas con los RN con SB, pero existen factores que permiten diferenciar las infecciones por EV de las infecciones bacterianas. El hallazgo de estos factores ha permitido elaborar un modelo predictivo que junto a la positividad de las técnicas rápidas para la detección de EV permiten diferenciar estas 2 infecciones y retirar un tratamiento antibiótico innecesario.
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