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Resumen de Impacto en el estado de inflamación de pacientes con esclerosis múltiple, tras tratamiento con epigalocatequina galato y aceite de coco. Posible disminución del riesgo cardíaco

José Luis Platero Armero

  • español

    Marco teórico: la esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa crónica, de carácter inflamatorio, desmielinizante y autoinmune. Entre sus mecanismos patogénicos destaca un alto estrés oxidativo y alteraciones energéticas a nivel mitocondrial que implican a su vez elevados niveles de inflamación; y sintomáticamente cambios antropométricos, caracterizados por disminución de la masa muscular acompañada de aumento de la masa grasa, lo que conllevan incapacidad funcional progresiva. Estos cambios suelen promover la presencia de obesidad, especialmente a nivel abdominal, íntimamente relacionada con la inflamación, y que a su vez implica riesgo de alteraciones cardiacas presentes en muchos de los pacientes.

    La administración del polifenol epigalocatequina galato (EGCG); y el aumento en sangre de cuerpos cetónicos (especialmente βHB) tras metabolismo hepático de alimentos ricos en ácidos grasos de cadena media (AGCM) entre los que destaca el aceite de coco, muestran efectos antiinflamatorios y beneficios sobre variables antropométricas y bioquímicas, que disminuyen el riesgo cardiovascular.

    Objetivos: como objetivo principal se plantea evaluar el impacto de la intervención de EGCG y aceite de coco en los niveles de inflamación relacionados con la actividad cardíaca de pacientes con EM; y como objetivos secundarios, determinar la posible mejora antropométrica, los cambios en el perfil lipídico y el impacto en el riesgo cardíaco, tras la intervención.

    Material y métodos: se realizó un estudio piloto, prospectivo, analítico cuantitativo y experimental mediante un ensayo clínico. La muestra poblacional inicial del estudio fue de 72 pacientes diagnosticados de EM, de los cuales a 57 se les realizó el estudio antropométrico; y finalmente 51 recibieron el tratamiento o placebo durante 4 meses, para lo cual fueron asignados al azar en un grupo control y un grupo intervención. Este último tomó la dosis diaria de 800 mg de EGCG y 60 ml de aceite de coco, mientras que el grupo control recibió un placebo; todos los pacientes del estudio siguieron una dieta isocalórica de naturaleza mediterránea, adaptada individualmente. Antes y después de la intervención se midieron: variables antropométricas, permitiendo detectar la presencia de obesidad abdominal y riesgo cardíaco; diferentes marcadores en sangre como: niveles de βHB, lipoproteínas (como colesterol total (CT), lipoproteínas de alta densidad (HDL) y baja densidad (LDL), apolipoproteína A-1 (APOA-1) o triglicéridos (TG)), haptoglobina (Hp), proteína C reactiva (PCR), actividad de la paraoxonasa 1 (PON1), butirilcolinesterasa (BuChE), albúmina, cortisol, e interleuquina 6 (IL-6); y la Escala Expandida de Estado de Discapacidad (EDSS) que determina la capacidad funcional.

    Resultados: a nivel antropométrico, el 87,7% de los pacientes con EM presentan obesidad abdominal, los cuales además presentan un índice de masa corporal (IMC), porcentaje de grasa corporal, circunferencia de la cintura, ratio cintura cadera (RCC) y ratio cintura altura (RCA) significativamente más altos que los pacientes sin obesidad abdominal. Además, la IL-6 es significativamente más alta en los pacientes con obesidad abdominal (mientras que no existen diferencias en los valores medios de la actividad de PON1), y muestra una correlación significativa y positiva con la circunferencia de la cintura y RCA. Tras el tratamiento, se observó únicamente en el grupo intervención una disminución significativa del porcentaje de grasa, RCC y el peso de grasa; y un aumento significativo del porcentaje de masa muscular. Y en cuanto a los biomarcadores, únicamente en el grupo intervención aumentó significativamente en sangre: βHB, BuChE, la actividad de PON 1 y la albúmina; y la IL-6 y los triglicéridos disminuyeron significativamente (al igual que EDSS, lo que representa una mejora en la capacidad funcional). Mientras que en el grupo control solo disminuyó IL-6. El cortisol no mostró cambios para ninguno de los grupos. Además, la BuChE únicamente correlaciona significativa y positivamente en el grupo intervención con los porcentajes de masa grasa, los niveles de TG en sangre y la actividad de PON1. También, y a pesar de que las mejoras musculares solo se dan en el grupo intervención, y que Hp muestra correlación significativa y positiva con los niveles de IL-6 y negativa con el porcentaje de músculo previa a la intervención, los niveles de Hp en la sangre no variaron en este grupo. En cuanto a las lipoproteínas en sangre, el CT aumento significativamente en ambos grupos, HDL aumentó solo en el grupo control, y los TG, que muestran diferencia tendencia entre los grupos (con incremento en el grupo control y disminución en el de intervención), tras análisis como muestras independientes mostró diferencias significativas con niveles más bajos en el grupo intervención. Además, solo en el grupo intervención, los TG correlacionan significativamente con los valores de EDSS de manera positiva, y a su vez estos valores de EDSS correlaciona significativa y positivamente con los valores de PCR en sangre, lo que parece indicar la relación de los niveles elevados de TG e inflamación con la capacidad funcional.

    Finalmente, y posiblemente como consecuencia de estos cambios antropométricos y moleculares, se pudo observar una mejora en el riesgo cardíaco únicamente en el grupo intervención, disminuyendo el número de pacientes de alto riesgo y aumentando el de moderado o bajo riesgo.

    Conclusiones: los pacientes de EM presentan obesidad abdominal asociada a mayor inflamación. La intervención de EGCG y aceite de coco en pacientes con EM parece disminuir el estado de inflamación característico de la enfermedad, lo que podría explicar a su vez la disminución en el riesgo cardíaco. Esto podría deberse a una mejora antropométrica, con incremento de masa muscular y disminución de masa grasa. En estos cambios, BuChE parece tener un papel en el aumento de la actividad lipolítica, mientras que la albúmina y Hp podrían representar roles en: disminución de grasa abdominal, y regeneración muscular asociada con mejora en el nivel de inflamación, respectivamente.

  • English

    Theoretical framework: Multiple Sclerosis (MS) is a chronic neurodegenerative, inflammatory, demyelinating, and autoimmune disease. Among its pathogenic mechanisms, high oxidative stress and energy alterations at the mitochondrial level stand out, which in turn imply elevated levels of inflammation; and symptomatically anthropometric changes, characterized by a decrease in muscle mass accompanied by an increase in fat mass, which leads to progressive functional disability. These changes often promote the presence of obesity, mainly abdominal, which is closely related to inflammation, which in turn implies the risk of cardiac alterations, present in many patients.

    The administration of polyphenol epigallocatechin gallate (EGCG); and the increase in ketone bodies blood levels (specially βHB) after hepatic metabolism of foods rich in medium-chain fatty acids (MCFA), among which coconut oil stands out, show anti-inflammatory effects and benefits on anthropometric and biochemical variables, which reduce cardiovascular risk.

    Objectives: the main objective is to assess the impact of EGCG and coconut oil intervention in inflammation levels related to cardiac activity in MS patients; and as secondary objectives, to determine the possible anthropometric improvement, changes in the lipid profile and the impact on cardiac risk after the intervention.

    Material and methods: a pilot, prospective, analytic, quantitative, and experimental study was carried out by means of a clinical trial. The initial population sample of the study was 72 patients diagnosed with MS, of which 57 underwent an anthropometric study; and finally, 51 received the treatment or placebo for 4 months, for which they were randomly assigned to a control group and an intervention group. The latter took the daily dose of 800 mg of EGCG and 60 ml of coconut oil, whereas the control group received a placebo; all patients in the study followed an individually adapted isocaloric diet of Mediterranean nature. Before and after the intervention were measured: anthropometric variables, allowing to detect the presence of abdominal obesity and cardiac risk; different markers in blood such as: β-hydroxybutyrate (βHB) levels, lipoproteins (such as total cholesterol (CT), high-density lipoproteins (HDL), low- density lipoproteins (LDL), Apolipoprotein A-1 (APOA-1) and triglycerides (TG)), haptoglobin (Hp), C-reactive protein (CRP), paraoxonase 1 (PON1), butyrylcholinesterase (BuChE), albumin, cortisol and interleukin 6 (IL-6); and the Expanded Disability Status Scale (EDSS) which determines functional capacity.

    Results: at the anthropometric level, 87.7% of MS patients present abdominal obesity, who also present significantly higher a body mass index (BMI), body fat percentage, waist hip ratio (WHR) and waist height ratio (WHtR) than patients without abdominal obesity. In addition, IL-6 is significantly higher in patients with abdominal obesity (while there are no differences in the mean values of PON1 activity) and shows a significant and positive correlation with waist circumference and WHtR. After treatment, a significant decrease in fat percentage, WHR and fat weight; and an increase in muscle mass was only observed in the intervention group. And as for biomarkers, just in the intervention group significantly increased in blood: βHB, BuChE, PON1 activity and albumin; and IL-6 and triglycerides decreased significantly (as did EDSS, which represents an improvement in functional capacity). Whereas in control group only IL-6 decreased. Cortisol did not show changes in either group. Furthermore, BuChE only correlated significantly and positively in the intervention group with fat mass percentages, blood TG levels and PON1 activity. Also, and despite the fact that muscle improvements only occur in the intervention group, and that Hp shows a significant and positive correlation with IL-6 levels and negative correlation with pre-intervention muscle percentage, Hp levels in blood did not change in this group. As far as lipoproteins in blood are concerned, CT significantly increased in both groups, HDL increased only in control group, and TG, which showed a different trend between both groups (with increase in control group and decrease in intervention group), after the analysis as independent samples showed significant differences with lower levels in the intervention group. Moreover, just in the intervention group, TG significantly and positively correlated with EDSS values, and in turn, these EDSS values significantly and positively correlated with CPR values in blood, which seems to indicate the relation of elevated TG and inflammation levels with functional capacity.

    Finally, and possibly as a consequence of these anthropometric and molecular changes, an improvement in cardiac risk could be observed only in the intervention group, with a decrease in the number of high-risk patients and an increase in those at moderate or low risk.

    Conclusions: MS patients show abdominal obesity associated with increased inflammation. The intervention with EGCG and coconut oil in MS patients seems to decrease the inflammatory state characteristic of the disease, which could explain the decrease in cardiac risk. This could be due to an anthropometric improvement, with increased muscle mass and decreased fat mass. In this changes, BuChE seems to play a role in the increase of lipolytic activity, while albumin and Hp could play roles in: decrease in abdominal fat, and muscular regeneration associated with improvements in inflammation levels, respectively.


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