INTRODUCCIÓN: La Esclerosis Sistémica (ES) es una enfermedad autoinmune que puede afectar a varios órganos y cuya mortalidad está relacionada fundamentalmente con su afectación pulmonar. Es interesante buscar biomarcadores que nos ayuden a establecer un diagnóstico precoz y que sean útiles para predecir el daño orgánico, de modo que podamos optimizar el abordaje diagnóstico y terapéutico de la enfermedad. Nuestro objetivo fue estudiar si la presencia de CXCL4, CXCL8, GDF15 y TGFß era mayor en pacientes con ES que en población sana, así como el papel de dichas citocinas en la génesis del daño orgánico. MATERIAL Y MÉTODOS: Realizamos un estudio observacional y transversal, con protocolo prospectivo, de pacientes diagnosticados de SSc según criterios ACR/EULAR 2013. Se recogieron variables demográficas, clínicas, analíticas, de actividad (índice EUSTAR), gravedad (escala de Medsger e índice de Rodnan modificado), percepción de salud (SF36) y discapacidad (HAQ y test de Cochin). Además, se realizaró videocapilaroscopia y pruebas de función respiratoria, así como TC de alta resolución pulmonar y ecocardiografía para evaluar la afectación pulmonar. Los niveles séricos de CXCL4, CXCL8, GDF15 y TGF-ß se determinaron en pacientes con Esclerosis Sistémica y en controles sanos. RESULTADOS: Se incluyeron un total de 42 pacientes (95,4% mujeres), con una edad promedio de 59,2 años. La mediana de años desde el diagnóstico fue de 4, por 6 desde el primer síntoma no Raynaud. De ellos, 20 estaban diagnosticados de ES limitada, 20 pacientes de forma difusa; y 2 pacientes de ES sine esclerodermia. También se incluyeron 42 controles sanos. Encontramos niveles significativamente más altos de GDF15 en pacientes con ES, sin objetivarse diferencias significativas en los niveles de CXCL4, CXCL8 y TGF-ß entre pacientes con ES y controles sanos. La presencia de GDF15 se asoció con ES Difusa, hipertensión arterial pulmonar (HAP), enfermedad pulmonar intersticial (EPID), disminución de la capacidad vital forzada (CVF), títulos séricos elevados de antiScl70, mayor actividad de la enfermedad (índice EUSTAR), así como dilataciones y disminución de la densidad capilar en la capilaroscopia. Por otro lado, solo encontramos asociación entre los niveles de CXCL4 y la afectación cutánea (mayor puntuación en el score modificado de Rodnan), no asociada a la afectación pulmonar u otras características (cambios espirométricos o analíticos, capilaroscopia ni pruebas funcionales). Por su parte, la presencia de títulos elevados de CXCL8 se asoció al consumo de la fracción C4 del complemento y la presencia de tortuosidades en la capilaroscopia, sin otros hallazgos significativos. Finalmente, observamos una correlación entre los niveles séricos de TGF-ß y la presencia de anticuerpos anticentrómero. CONCLUSIONES: La presencia de GDF15 se asocia con ES difusa, afectación pulmonar, actividad de la enfermedad y cambios en la capilaroscopia. Por su parte, CXCL4 se asoció con afectación cutánea, mientras que CXCL8 no se relacionó con ningún daño orgánico en nuestros pacientes, aunque sí se asoció a consumo de complemento, mientras que niveles elevados de TGF-ß se asociaron a presencia de anticuerpos anticentrómero.
INTRODUCTION: Systemic Sclerosis (SSc) is an autoimmune disease that can affect multiple organs and whose mortality is mainly related to lung involvement. It is interesting to search for several biomarkers that can help us to establish an early diagnosis and to predict organ damage, so that we can optimize the diagnostic and therapeutic approach to the disease. Our objective was to study whether the presence of CXCL4, CXCL8, GDF15, and TGF-ß was higher in SSc patients than in healthy population, as well as the role of these cytokines in the genesis of organ damage. MATERIALS AND METHODS: We conducted an observational and cross-sectional study, with a prospective protocol, of patients diagnosed with SSc according to ACR/EULAR 2013 criteria. Demographic, clinical, analytical, activity (EUSTAR index), severity (Medsger scale and modified Rodnan index), health perception (SF36), and disability (HAQ and Cochin test) variables were collected. Videocapillaroscopy and respiratory function tests were also performed, as well as high-resolution chest CT and echocardiography to evaluate lung involvement. Serum levels of CXCL4, CXCL8, GDF15, and TGF-ß were determined in SSc patients and healthy controls. RESULTS: A total of 42 patients (95.4% women) were included, with an average age of 59.2 years. The median time since diagnosis was 4 years, and 6 years since the first non-Raynaud symptom. Of these, 20 were diagnosed with limited SSc, 20 with diffuse SSc, and 2 with SSc sine scleroderma. 42 healthy controls were also included. We found significantly higher levels of GDF15 in SSc patients, without significant differences in the levels of CXCL4, CXCL8, and TGF-ß between SSc patients and healthy controls. The presence of GDF15 was associated with diffuse SSc, pulmonary arterial hypertension (PAH), interstitial lung disease (ILD), decreased forced vital capacity (FVC), elevated serum antiScl70 titers, greater disease activity (EUSTAR index), as well as dilations and decreased capillary density in capillaroscopy. On the other hand, we only found an association between CXCL4 levels and cutaneous involvement (higher scores in the modified Rodnan score), not associated with lung involvement or other characteristics (spirometric or analytical changes, capillaroscopy, or functional tests). In turn, the presence of high CXCL8 levels was associated with consumption of complement fraction C4 and the presence of tortuosities in capillaroscopy, without other significant findings. Finally, we observed a correlation between serum levels of TGF-ß and the presence of anticentromere antibodies. CONCLUSIONS: The presence of GDF15 is associated with diffuse SSc, lung involvement, disease activity, and changes in capillaroscopy. In turn, CXCL4 was associated with cutaneous involvement, while CXCL8 was not related to any organ damage in our patients, although it was associated with complement consumption, while elevated TGF-ß levels were associated with the presence of anticentromere antibodies.
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