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Frente a la existencia. El extraño caso de la orientación filosófica

  • Autores: Cecilia della Torre Sierra
  • Directores de la Tesis: Alessio Musio (dir. tes.), José Barrientos Rastrojo (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 2023
  • Idioma: español
  • Número de páginas: 431
  • Títulos paralelos:
    • Di fronte all’esistenza. Lo strano caso della consulenza filosofica
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: Idus
  • Resumen
    • Este trabajo de investigación doctoral tiene su foco en la orientación filosófica o Filosofía Aplicada en contextos de consulta. El término "orientación filosófica" describe un intercambio dialógico entre un filósofo y un consultado, que tiene lugar a partir de una cuestión presentada por el segundo y orquestada mediante el diálogo. El objetivo de la orientación, entendida como un diálogo no terapéutico, es comprender y clarificar el asunto del cliente, a través de las herramientas filosóficas como el pensamiento crítico. Además, el trabajo proporciona conocimientos y competencias específicas al consultante. Los consultantes, con sus experiencias y existencias, proporcionan el punto de partida y el objeto de las sesiones filosóficas.

      Esta forma nueva de entender y practicar la filosofía ha levantado muchas críticas, dudas y prejuicios sobre su legitimidad y su utilidad, especialmente desde el mundo académico. Sin embargo, en la historia de la filosofía aparecen, como un hilo rojo, ejemplos de modalidades diferentes de pensar en la filosofía, tanto en la versión de ejercicios filosóficos cuanto como diarios, interrogaciones personales y autoanálisis. Modalidades diferentes, pero no por eso menos relevantes.

      Sin embargo, la orientación filosófica surge y se desarrolla en la sombra, al lado de la academia, no florece entre sus muros y de estos está rechazada y desacreditada. De todas maneras, sobrevive y empieza a representar una alternativa no solo a la versión académica de la disciplina sino a las psicoterapias.

      Por esta razón, se elige la orientación filosófica como tema de investigación del doctorado, dada su relevancia y su actualidad, no obstante el conflicto y, a veces, el rechazo por parte de las instituciones. Además, como la disputa ha implicado una falta desde un punto de vista teórico en los análisis y en la evaluación, tanto cuanto solidas fundamentás teoréticas, imprescindibles para cualquier forma de filosofar, se ve la necesidad de profundizar, desde un punto de vista teórico, este campo de investigación, para rellenar el hueco dejado por las circunstancias. Finalmente, con este proyecto se entiende no solo contribuir a la progresión de la investigación en el campo de las prácticas filosóficas – sino se desea acercar un poco más el mundo académico al mundo de la Filosofía Aplicada, mostrando la inautenticidad de su incompatibilidad.

      Entonces, se justifica la elección de la orientación filosófica como tema de investigación, no solo porque representa una nueva modalidad contemporánea de entender y utilizar a la filosofía sino porque se presenta la necesidad de profundizar el estudio y el análisis de la práctica, considerando la escasez de investigaciones teóricas consistentes que hace imposible evaluarla de alguna manera.

      El primer paso del análisis fue constituido por la reconstrucción del estado del arte de la literatura existente. A partir de la individuación de los autores fundamentales y del estudio de sus propuestas, se pudo identificar los marcos teóricos y las consiguientes justificaciones de las diferentes versiones de los mismos temas recurrentes. De hecho, se detectó como el panorama teórico de referencia de los autores define de manera incisiva las interpretaciones variegadas que existen. No por casualidad, la polifonía de voces representa una de las características más significativas del mundo de las prácticas filosóficas.

      Gerd Achenbach, padre de la orientación filosófica, Ran Lahav, Shlomit Schuster, Peter Raabe, Lou Marinoff, Tim LeBon, José Barrientos Rastrojo, Pierre Grimes, Neri Pollastri, Luca Nave, Stefano Zampieri representan las voces imprescindibles que no solo fundaron la orientación filosófica, sino que contribuyeron a su difusión y su aplicación en el mundo. Por eso, el trabajo de investigación procedió analizando los temas cruciales de la práctica a través de las lentes de estos interlocutores imprescindibles – aun no suficientes.

      Entonces, partiendo de la identidad de la orientación filosófica, definición y objetivos, pasando por sus metodologías y sus controvertidas relaciones con el mundo académico y psicoterapéutico, se desarrolló un proyecto de investigación que pudiera proponer un análisis exhaustivo sobre el tema, sin limitarse a una simple reconstrucción, sino queriendo proceder a un examen y evaluación de las interpretaciones desarrolladas hasta el momento. Sólo así fue posible identificar los elementos virtuosos que se tuvieron en cuenta en la propuesta posterior, presentada en la fase de conclusiones como resultado de los análisis previos.

      Por esta razón, la encuesta ha querido trazar un panorama exhaustivo del tema, desde sus orígenes hasta nuestros días, adoptando desde el principio un enfoque crítico-argumentativo capaz de identificar y evaluar los puntos focales de este fenómeno, no exento de problemas, pero capaz de devolver a la filosofía su tensión original, a menudo olvidada. Se decidió no seguir el curso histórico de los acontecimientos, prefiriendo en su lugar una perspectiva temática que pudiera identificar las cuestiones fundamentales que han contribuido a estructurar y determinar profundamente la identidad de la orientación filosófica. Esta elección, que representa uno de los elementos innovadores del trabajo, permitió alejarse de una impostación didascálica, privilegiando al contrario una versión más dialógica y argumental, sin perder en exhaustividad y precisión. El intento, de hecho, no era producir un manual sobre la historia de la orientación filosófica, sino un análisis crítico y una evaluación del tema.

      La metodología utilizada fue una metodología mixta, que varió según las necesidades del análisis. Así pues, para organizar la presentación temática de las investigación se privilegió un método critico argumentativo, enfocado sobre las validez de las argumentaciones más que la reconstrucción histórica del proceso. Dicho esto, obviamente se tuvo que proceder con un estudio y un análisis histórico y genealógico previo para poder, después, organizar el material de manera diferente. El mismo enfoque genealógico se utilizó para analizar las diferentes denominaciones relativas a la orientación filosófica. De hecho, no es un detalle indiferente, considerando que según el nombre elegido, se abre un mundo de significados diferentes.

      Además, el método que hizo de fondo a todo el análisis fue aquel fenomenológico. La importancia de volver a la experiencia vivida por el consultado necesitaba poner la atención máxima al elemento de la existencia. Solo de esta manera era posible desarrollar una teoría a partir de la práctica, sin olvidarse de esta.

      No es casualidad que el título elegido para el trabajo de investigación recuerde directamente el tema de la existencia. El título "Frente a la existencia" apunta a un despliegue de este tema desde la experiencia. En ese sentido, se muestra la orientación filosófica desde la perspectiva fenomenológica. Su campo de acción y de posibilidades quedan delineando la experiencia humana. La orientación filosófica destaca la experiencia humana como tema de estudio en la filosofía académica al plantear el trabajo de investigación filosófica desde el dato fenomenológico. Este enfoque experiencial, que se deriva principalmente de la necesidad de los consultantes de comprender y ser comprendidos, implica volver a dar peso a la propia existencia. A través de un movimiento que se opone a la tendencia contemporánea a abandonarse a una vida acrítica, espontánea y evanescente, demasiado rápida e indiferente, la orientación filosófica exige al consultante ejecutar una vida examinada, es decir, decidir qué hacer con esa. Sólo así es posible hacer frente a esa necesidad cada vez más manifiesta de posicionarse sobre la propia existencia.

      Llegar a un acuerdo con el propio ethos, entendido según el sentido scheleriano, significa hacer la transición de la vida espontánea a la vida examinada, en un camino que interpreta la orientación filosófica desde una aproximación ética – como, por otra parte, teoriza el padre de la disciplina Gerd Achenbach. Precisamente, la cuestión ética determinó otro de los pilares de la investigación, que se ha encontrado repetidamente en el camino trazado por el análisis filosófico.

      Pero, ¿por qué la orientación filosófica debería ocuparse de la vida examinada? Porque es una práctica que pretende aclarar y resolver problemas existenciales no patológicos a través de las categorías del pensamiento, pudiendo recurrir a toda la historia de la filosofía para descifrar los problemas del consultante e iluminar la experiencia humana.

      El trabajo de investigación se desarrolló a lo largo de ocho capítulos. El primero y el último se destacan porque tienen una estructura diferente: el primero es un capítulo de introducción de la orientación filosófica, presentado a través de la figura de Achenbach. Esta decisión fue justificada por dos razones: la primera es que Achenbach está considerando por la mayoría como el padre fundador de la práctica, así que no tenía mucho sentido separar la presentación del tema de su fundador. Igualmente, a lo largo de todo el trabajo se adoptó la perspectiva de Achenbach como el punto de referencia para analizar los diferentes temas encontrados y las modalidades distintas de presentación de los otros autores. Esto no significó acoger la visión del consultor alemán como la única posible sino se utilizó como punto de partida unitario para todas las consideraciones sucesivas.

      A partir de este primer capítulo, se desarrollaron seis capítulos temáticos que presentan la misma estructura, aplicada a argumentos diferentes. Aún la lectura progresiva de los capítulos tiene un sentido, proporcionando diferentes aspectos de la consulta, a partir de los elementos imprescindibles a aquellos, cruciales, que determinan el entorno, la peculiaridad de esta parte central del trabajo es que cada capítulo tiene su autonomía y podría ser leído en sí, también desconectado de los otros.

      Ante todo, el capítulo dos trata de la cuestión de la definición, queriendo mostrar como el cambio de denominación implicó un cambio sustancial a nivel de contenido y de significado.

      A partir de estos supuestos, la imposibilidad de ponerse de acuerdo sobre el nombre en primer lugar condujo a un cúmulo de otras cuestiones sin resolver. Hablar de orientación, consulta o counselling, práctica o simple filosofía ha implicado, por tanto, la adopción de modalidades y objetivos muy diferentes.

      El capítulo tres se ocupa de la relación, a menudo antagónica, entre la orientación filosófica y las psicoterapias. El estudio propuesto ha llevado a esbozar una orientación filosófica que parte del modelo original achenbachiano, que ve la necesidad de clarificarse y distanciarse del mundo de la psicoterapia, que constituye otro ámbito disciplinar, por mucho que también se reconozcan puntos de contacto: el hombre, por su parte, sigue siendo el protagonista de la investigación, así como el destinatario de esa "cura" que, si en el ámbito psicológico adquiere un sentido puramente terapéutico, en el filosófico, en cambio, reconduce al conocimiento de sí mismo y de los demás, partiendo de una situación existencial bien definida.

      El consultor filosófico, por tanto, constituye el guía capaz de proporcionar las herramientas de pensamiento para emprender este camino. Se trata, ante todo, de profundizar las preguntas del consultante para aclararlas, procediendo juntos en el análisis y la evaluación, con el fin de entrar en el fondo de la situación que desencadenó la pregunta filosófica (de orientación) y, al mismo tiempo, trascenderla, en una mirada más amplia dirigida a la verdad del yo. El objetivo es la identificación y comprensión de los bienes examinados, de modo que el consultante adquiera todos los medios para poder tomar una decisión con la que estructurar su existencia de un modo más consciente, profundo y auténtico.

      Esto, come se ve en el capítulo sucesivo, el cuarto, no excluye la posibilidad de que la orientación filosófica también se conciba como una práctica formativa, en el sentido de una práctica en la que realmente se produce una transferencia de conocimientos del filósofo al consultado. Después de todo, si no fuera así, la orientación fracasaría en al menos uno de sus objetivos, a saber, proporcionar al consultante los medios para llegar a ser autónomo en el razonamiento filosófico. El hecho de que se tome o no la decisión no forma parte de la consulta. Lo importante es trasmitir el conocimiento filosófico, o bien bajo la forma de una sabiduría o bien a través de una formación filosófica directa. Como se puede configurar prácticamente el diálogo de consulta es un tema que se desarrolló en el capítulo quinto, relativo a las diferentes metodologías que los autores desarrollaron. Las divergencias y las críticas no faltan ni siquiera en este ámbito, que realmente afecta las modalidades prácticas de realizar una consulta.

      En cambio, el capítulo seis trata de la relación entre el filósofo y el consultante, que encontraba su condición de existencia en el mantenimiento del vínculo entre la noción de hombre y la noción del yo, es decir, el vínculo entre la vivencia del yo privado y el concepto del hombre universal, sin el cual la orientación no sería posible. El caso particular se convirtió en una oportunidad para identificar el hilo que une la universalidad a la subjetividad. Dentro de la dinámica de la orientación filosófica, el filósofo y el consultante proceden juntos al descubrimiento de la verdad, como testigos vivos de este viaje. Después de todo, la relación de orientación está estructurada por el reconocimiento de este vínculo inherentemente asimétrico.

      De esta manera la asimetría se convierte en el sello distintivo de la práctica filosófica, así como de la experiencia humana. Partiendo de una condición de simetría básica, entendida como estar ambos frente a la existencia con la propia humanidad, hay que valorizar en cambio – además de la disparidad entre las experiencias, siempre únicas e irrepetibles, inseparablemente ligadas al yo personal – la asimetría que se presupone inevitablemente y se da puntualmente incluso en el plano de la cognición. Esto representa el elemento mismo que legitima el papel del filósofo y la posibilidad misma de llevar a cabo la orientación.

      Finalmente, el capítulo siete se enfoca en la relación entre orientación filosófica y filosofía política. De hecho, una de las críticas más duras que se movieron hacia la Filosofía Aplicada fue la acusa de llevar al ser humano a centrarse solo en su yo interior, anulando el entorno de su importancia y significado. Al contrario, este capítulo quiere mostrar como una orientación filosófica exitosa es tal cuando logra juntar el interior al exterior, recuperando la dimensión moral y pública del ser humano, que ante cualquier caracterización política, es un ser responsable de su acciones y elecciones. En este sentido, la relación con la política es fundamental, si se considera la política en su significado más amplio, de proceso de subjetivación, según la indicación de Michel Foucault. La orientación filosófica, entonces, no es política, aunque se puedan tratar argumentos políticos.

      Sabiduría y formación, neutralidad y asimetría, consejo y orientación, ciudadanía y condición humana son, pues, los conceptos clave de este trabajo y de la forma en que se han cuestionado y tomado en serio las distintas voces de la orientación filosófica.

      Por último, el estudio realizado lleva, en el capítulo ocho, a la elaboración de una propuesta interpretativa que se basa en cuatro pasos fundamentales, derivados de un análisis puramente fenomenológico. La identificación del problema, su descripción, la posterior evaluación y la consideración de los aspectos emocionales constituyen los pasos fundamentales de la propuesta presentada, que, a través de un camino común emprendido tanto por el filósofo como por el consultante, pretende identificar el mejor bien posible para la situación concreta considerada. El consultado sigue siendo entonces libre de elegir cómo funcionar, es decir, de elegir cómo y si poner en práctica las posibilidades, las capacidades que a través de la orientación filosófica se le proporcionan – según la lección de Martha Nussbaum.

      Hablamos así de un proyecto capaz de realizar dos pasos fundamentales: devolver la filosofía a su origen mismo y, precisamente por ello, ser capaz de volver a poner al ser humano verdaderamente frente a su existencia.

      El objetivo final es la desaparición del orientador, signo del éxito de la orientación filosófica, que ha sido capaz de iniciar al orientado en el diálogo con su yo interior, verdadero sustituto del filósofo, como nos enseña Hannah Arendt.

      El capítulo final, entonces, funge también de conclusión del trabajo, como no constituye otro capítulo temático sino presenta una revisión crítica de lo analizado col fin de presentar una propuesta interpretativa.

      Evidentemente el trabajo abre a nuevas líneas investigativas, como por ejemplo el análisis de los códigos éticos y deontológicos de las asociaciones de orientación filosófica hoy en día existentes o como su comparación con la consultas éticas y bioéticas. Esta variedad es significativa porque proporciona la extensión del tema y sus posibilidades existenciales y académicas.


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