En 1981, se detectó en Nueva York y San Francisco un brote epidémico de una nueva infección1 producida por un virus desconocido hasta 1983, año en que se logró su aislamiento2-4. Se trataba de un nuevo retrovirus humano, no oncogénico.
En los años 1983 y 1984, investigadores del Instituto Pasteur, del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. y de la Universidad de California aislaron varias cepas de retrovirus en pacientes con SIDA y las denominaron LAV (virus asociado a linfadenopatía), HTLV-III (virus linfotrópico T humano tipo III) y ARV, respectivamente. Posteriormente, un comité internacional de taxonomía acuñó la denominación virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1 (VIH-1).
Un segundo retrovirus, similar pero antigénicamente distinto fue aislado en pacientes con SIDA en África occidental en 1986 y fue identificado como VIH-2. Era también capaz de producir en el hombre un cuadro clínico similar al del SIDA, pero su distribución geográfica era más limitada y era menos patogénico que el VIH-14
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados