Con la fijación de las primeras imágenes permanentes obtenidas por el francés Joseph Nicéphore Niépce a partir de 1822, y la posterior patente y difusión del invento por Louis Mandé Daguerre en 1839- el Daguerrotipo-, se vieron enseguida las muchas aplicaciones que este podía tener, entre otras facilitar la labor de los artistas, reduciendo las sesiones de posado, y proporcionando imágenes que permitiesen trabajar con más detalle, tanto las vestimentas de los personajes como los enseres y los paisajes reproducidos en los cuadros. Federico de Madrazo, conoció esta técnica en París, y a su llegada a España la difundió entre los alumnos de su taller. Con este trabajo pretendemos estudiar la interrelación entre ambas técnicas en la España del S. XIX.
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