En los últimos cien años el estudio de la personalidad ha sido propuesto desde diferentes aproximaciones (p. ej., léxicas, taxonómicas, estadísticas). Sin embargo, independientemente del modelo teórico de rasgos de personalidad en el que pongamos el foco para dar explicación a cómo es la personalidad de un individuo, en todos los casos, nos encontramos con la misma cuestión: ¿por qué la personalidad es cómo es? Para profundizar en el conocimiento de la personalidad, es necesario no sólo describir, sino también explicar; conocer el por qué y no sólo el qué. Es aquí donde de donde surge la motivación a este trabajo y a esta tesis doctoral. El primero estudio analizó la posible relación entre los constructos de intolerancia a la incertidumbre (II), sensibilidad a la ansiedad (SA) y metacognición (MTC) con las cinco dimensiones de personalidad del modelo Big Five. Se contó con una muestra de 914 participantes procedentes de la población general española (Medad = 40,29 años; 51,7% mujeres). Los análisis de correlación y factoriales indicaron que los tres constructos se relacionaban de manera significativa principalmente con neuroticismo y formaban parte de un factor definido por la dimensión del neuroticismo. Posteriores análisis de regresión lineal múltiple indicaron que la II y la SA mostraban una asociación significativa con la dimensión de neuroticismo. Además, el constructo de IIse relacionaba con otras dimensiones del modelo Big Five, concretamente, con las de extraversión y amabilidad (siendo la relación inversa en estos casos).
El segundo estudio analizó la relación que la II y la SA pudieran tener con cada una de las seis facetas de la dimensión de neuroticismo. Se contó con una muestra de 656 participantes procedentes de la población general española (Medad = 39,95 años; 55,7% mujeres). Los análisis de correlación mostraron que ambos constructos se relacionaban de manera significativa con las seis facetas de neuroticismo, pero el análisis factorial reveló que estaban relacionados fundamentalmente con la faceta de ansiedad. Además, los análisis de regresión lineal múltiple encontraron que la II se relacionaba de manera directa con las facetas de ansiedad, depresión, ansiedad social, hostilidad y vulnerabilidad, mientas que la SA lo hacía para las seis facetas de neuroticismo, siendo su influencia menor que la de la intolerancia a la incertidumbre, excepto para la faceta de impulsividad. Por la relevancia mostrada en los dos primeros estudios, se decidió también analizar el posible papel mediador que los constructos de II y de SA pudieran tener en la relación entre la dimensión de neuroticismo y la sintomatología de estrés postraumático (TEPT).
Para ello se realizaron análisis de mediación, utilizando la misma muestra que para el estudio 1. Los resultados indicaron que, por un lado, la relación entre neuroticismo y sintomatología de TEPT estaba mediada tanto por la II como por la SA. Por otro lado, se vio que el neuroticismo seguía explicando un porcentaje significativo de la varianza de las puntuaciones en la medida de sintomatología de TEPT, una vez controlado el efecto de la II y la SA, por lo que la mediación de estos dos constructos era parcial, no total.A tenor de los resultados de los tres estudios empíricos de esta tesis doctoral, se extraen varias conclusiones: (1) La II es una variable clave respecto a la personalidad, especialmente en relación con la dimensión de neuroticismo y su faceta de ansiedad. (2) La SA también ha mostrado ser relevante en la psicología de la personalidad, aunque tan solo respecto a la dimensión de neuroticismo. (3) Los resultados del análisis de mediación han profundizado en el conocimiento sobre el porqué de la relación entre el neuroticismo y la sintomatología de TEPT. Hasta donde nosotros sabemos, este es el primer trabajo en llevar a cabo este análisis de mediación usando estas variables, lo que constituye unos resultados innovadores que deberán ser replicados en el futuro.
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