Los pacientes oncohematológicos han sido una población especialmente susceptible a la COVID-19 desde el inicio de la pandemia. Esto ha motivado un interés especial en asegurar en ellos una pronta vacunación frente a la COVID-19, si bien se desconocía la eficacia que se podría obtener en individuos severamente inmunodeprimidos y que habían sido excluidos de los ensayos clínicos de las vacunas.
El propósito de esta tesis, presentada por compendio de 4 artículos, es describir la respuesta inmune humoral y celular de 211 individuos con neoplasias oncohematológicas, divididos en cohortes bien definidas por tipo de enfermedad y tratamiento. Para ello realizamos un seguimiento durante 16 meses estudiando, en distintos momentos de la vacunación, títulos de anticuerpos, capacidad de neutralización, subpoblaciones citotóxicas y de linfocitos B, estudios de inmunidad celular directa sobre células epiteliales infectadas con SARS-CoV-2 e inmunidad celular dependiente de anticuerpos. El objetivo es proporcionar una visión lo más cercana posible a la respuesta inmune real de estos individuos a lo largo del proceso de vacunación.
Nuestros resultados muestran que pacientes oncohematológicos que se someten a un trasplante de médula ósea tras recibir su pauta de vacunación convencional frente a la COVID-19, o haberse infectado de forma natural, van a presentar de forma basal (previa al trasplante) una respuesta tanto humoral como celular inferior a individuos inmunocompetentes. Si bien esta respuesta puede proporcionar cierta protección en el período post-trasplante hasta poder reiniciar la revacunación, la tendencia es que disminuya progresivamente en el tiempo.
Por otro lado, los pacientes con Leucemia Mieloide Crónica que inician su pauta vacunal van a presentar una excelente respuesta humoral y celular tras la primera dosis, al contrario que lo que sucede pacientes con Leucemia Linfocítica Crónica, que presentarán muy baja tasa de seroconversión ( < 20%), propia de la severa disfunción de linfocitos B de estos pacientes. Sorprendentemente, en ellos se observa una discrepancia entre la respuesta humoral, claramente insuficiente, con una respuesta celular eficiente, basada en poblaciones citotóxicas efectivas, que puede contrarrestar este déficit humoral. Los pacientes con Mieloma Múltiple y aquellos que inician la primera dosis de la vacuna tras recibir un trasplante alogénico presentan unos datos de seroconversión y citotoxicidad celular intermedios, con una disfunción en la reactividad de las poblaciones citotóxicas que se compensa con un aumento en su número, permitiendo un control apropiado de la replicación viral en células infectadas por SARS-CoV-2.
Por último, analizamos el efecto de la dosis de refuerzo o booster en pacientes tratados con rituximab, que presentan una baja seroconversión por el efecto anti-CD20 del rituximab sobre la línea de linfocitos B. Nuestros resultados confirman que el booster mejora los resultados de respuesta humoral en pacientes que se encuentran en el período de recuperación de la aplasia B, tras casi 12 meses sin recibir rituximab.
Los resultados de infección de brecha durante el seguimiento reflejan una clara mejoría en el pronóstico de los pacientes respecto a los datos obtenidos antes de la aprobación de las vacunas, con una mortalidad inferior al 1.5% e infecciones leves en su mayoría.
En conclusión, los resultados de la vacunación frente a la COVID-19 en pacientes oncohematológicos varía mucho en función del tipo de neoplasia o tratamiento, pero es efectiva. La vacunación frente al SARS-CoV-2 es recomendable para estos pacientes, habiendo un claro beneficio clínico incluso en ausencia de seroconversión, probablemente debido a una respuesta celular subyacente.
Oncohematologic patients have been a population especially susceptible to COVID-19 since the beginning of the pandemic. This has motivated a special interest in ensuring early vaccination against COVID-19 in them, although the efficacy that could be obtained in severely immunosuppressed individuals who had been excluded from clinical trials of vaccines was unknown.
The purpose of this thesis, presented as a compendium of 4 articles, is to describe the humoral and cellular immune response of 211 individuals with oncohematological malignancies, divided into well-defined cohorts by type of disease and treatments. For this purpose, we conducted a 16-months follow-up, studying antibody titers, neutralization activity, B-lymphocyte and cytotoxic subpopulations, direct cellular immunity studies on epithelial cells infected with SARS-CoV-2 and antibody-dependent cellular immunity, at different times of vaccination. The aim is to provide a view as close as possible to a real immune response in these individuals through the vaccination process.
Our results revealed that oncohematological patients who have received their conventional COVID-19 vaccination regimen or who have been naturally infected and subsequently undergo a bone marrow transplant will have a lower baseline humoral and cellular response than immunocompetent individuals. Although this response may maintain some protection during the post-transplant phase until revaccination can be restarted, the tendency is for it to progressively decrease through time.
On the other hand, patients with Chronic Myeloid Leukemia starting their vaccination regimen will present an excellent humoral and cellular response after the first dose, contrary to what happens in patients with Chronic Lymphocytic Leukemia, who will present a very low seroconversion rate, due to the severe B lymphocyte dysfunction that these patients present. Surprisingly, in them a discrepancy is observed between the humoral response, clearly insufficient, with an efficient cellular response based on effective cytotoxic populations that may counteract this humoral deficit. Patients with Multiple Myeloma and those who initiate the first dose of the vaccine after receiving an allogeneic transplant present intermediate seroconversion and cellular cytotoxicity data, with a dysfunction in the reactivity of cytotoxic populations that is compensated by an increase in their number, allowing an appropriate control of viral replication in cells infected with SARS-CoV-2.
Finally, we analyzed the effect of the booster dose in patients treated with rituximab, who present a low seroconversion due to the anti-CD20 effect of rituximab on the B lymphocyte line. Our results confirm that the booster improves humoral response outcomes in patients in the recovery period of B-cells aplasia, after almost 12 months without receiving rituximab.
Breakthrough infection results during follow-up reflect a clear improvement in patient prognosis compared to data obtained prior to vaccines approval, with mainly mild infections and less than a 1.5% mortality rate.
In conclusion, the results of vaccination against COVID-19 in oncohematological patients vary greatly depending on the type of neoplasm or treatment, but it is effective. Vaccination against COVID-19 is recommended for these patients, with a clear clinical benefit even in the absence of seroconversion, probably due to an underlying cellular response.
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