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Eurocentrismo, colonialidad, género y procesos de racialización: las pinturas de castas en el siglo XVIII en México

  • Autores: Petra Márquez Gento
  • Directores de la Tesis: Mar Gallego Durán (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Huelva ( España ) en 2023
  • Idioma: español
  • Número de páginas: 374
  • Programa de doctorado: Programa de Doctorado en Estudios Interdisciplinares de Género por la Universidad Autónoma de Madrid; la Universidad de Alcalá; la Universidad de Alicante; la Universidad de Huelva; la Universidad de La Laguna; la Universidad de las Illes Balears; la Universidad Jaume I de Castellón y la Universidad Rey Juan Carlos
  • Materias:
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  • Resumen
    • español

      La presente tesis doctoral es una investigación sobre las consecuencias del proceso de colonización que tuvo lugar en Latinoamérica tras la conquista de América, y las implicaciones culturales, ideológicas y sociales que se produjeron. Las relaciones entre el Viejo y el Nuevo mundo se inician en 1492, época en la que la población europea llega a lo que se llamaría América, pasando antes por las costas africanas, ello supuso el inicio del proceso de colonización que transformó el mundo. El escenario que determina este proceso en sus comienzos es la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Continente, y más que un descubrimiento, fue una ampliación de las tierras hasta entonces conocidas. De entre diversas causas, hubo un hecho que favoreció la expansión europea y un capitalismo en fase mercantilista: la Trata Atlántica o comercio de esclavos/as provenientes de África. De este modo, se generó una relación económica social y cultural permanente entre Europa y África en los escenarios de América. A partir del siglo XVI, el traslado forzado de africanos y africanas convertidos en esclavos y esclavas junto a la esclavitud nativa transformó no sólo las identidades y epistemologías de las personas colonizadoras sino también, profundamente, las de las personas colonizadas. La conquista de América y el comercio trasatlántico de esclavos/as africanos/as suponen un cambio para la población indígena americana y la africana en sus modos de vida que conllevó un proceso de racialización, a partir del cual nació el racismo por razón de piel. En la primera parte, se expone una perspectiva histórica y teórica donde se describen brevemente los diversos escenarios que forman parte de la conquista y colonización de América. Se analizan los conceptos de esclavitud y racismo y su relación con los procesos de racialización y sexualización de aquellas poblaciones. La racialización en Latinoamérica durante el colonialismo español se fundamentó en la creencia en diversas categorías de razas y el racismo era una práctica de discriminación contra esas personas racializadas, personas no blancas. La racialización estaba estrechamente vinculada con los procesos de clasificación por color de piel de las personas colonizadas, los indicadores raciales mostraban poblaciones marcadas como inferiores en contraste con otros grupos que eran marcados como superiores. El mestizaje en Hispanoamérica categorizaba a los distintos grupos sociales en castas sociales. Este mestizaje llevaba implícito la idea de pureza de sangre, la pureza de lo español, un racismo que abominaba de la cultura africana y descendientes y toleraba la cultura indígena. El concepto mestizo fue un término utilizado por el imperio español a partir del siglo XVI para estratificar las distintas castas de personas, el término definía a aquellas personas que descendían de personas blancas europeas y de personas indias de América. La categoría “mestizo” poseía menos derechos que una persona que era descendiente de dos personas blancas, pero más derechos que una persona que perteneciera a alguna categoría que descendiera de alguna persona africana o descendiente. Las personas “negras” que aparecen en la pintura de castas están reforzando la posición de dominio de las personas blancas europeas. Aquellos modelos estéticos, sociales, culturales e identitarios que no pertenezcan a la ideología de supremacía blanca y hegemonía europea se representan menospreciados, burlados e inferiorizados. En el marco teórico, señalamos también cómo la interseccionalidad como concepto posibilita comprender las relaciones sociales marcadas por muchos factores. De esta manera, otro elemento usado como herramienta de dominación europea fue la imposición a las culturas colonizadas de su propia concepción del género y la sexualidad. El patriarcado judeocristiano y la heteronormatividad fueron categorías impuestas de organización social que regulaban los cuerpos y las relaciones sociales de los pueblos indígenas y afrodescendientes con la finalidad de dominarlos económicamente e influenciarlos en sus imaginarios subjetivos y colectivos. Asimismo, se realiza un breve repaso de las teorías postcoloniales y decoloniales que emergen como movimientos de crítica contra el dominio colonial establecidos por los imperios occidentales, y los discursos que lo justifican, surgiendo en distintos contextos históricos y condiciones diferentes. Entre los muchos argumentos que comparten ambas teorías está la cuestión de la racialización de las relaciones de opresión entre el mundo colonizador y el colonizado. Los planteamientos decoloniales se ubican en el nacimiento histórico de la matriz colonial de poder en el siglo XVI, se centran en aspectos relacionados con el género, la sexualidad, la subjetividad y el conocimiento como instrumentos de dominio. Al inicio, la opción postcolonial pone la mirada en la India, que tras su independencia del imperialismo se vio obligada a seguir reproduciendo las antiguas formas culturales de los países dominadores. El grupo poscolonial se centra en el estudio de la figura del subalterno o subalterna, esbozando aquella identidad de las personas que viven socialmente en las periferias de la geopolítica global. En la segunda parte se describe el marco más práctico, donde se explica la metodología de tipo etnohistórica y se analiza el corpus que forma parte del estudio. El corpus de análisis consta de una serie de cuadros, denominados cuadros de castas, pertenecientes a la pintura de castas que se desarrolló en Nueva España en el siglo XVIII, concretamente, se trata de la serie del autor Andrés de Islas. Por tanto, se detalla el sistema de castas colonial a través de las pinturas de castas novohispanas. Se presentan las pinturas de castas como un mecanismo de representación social, que produce y reproduce significados e ideologías que influyen en el proceso de constitución de subjetividades y estereotipos sociales. Se exploran las representaciones racistas y sexistas que las pinturas crearon y reprodujeron, y que permitieron que ciertas narraciones se constituyeran como dominante y como hegemonía visual. Se analizan documentos visuales de Hispanoamérica en siglo XVIII, revisando las nociones de representación, poder, verdad, otredad, interseccionalidad, colonialismo, etc. Se requiere la creación de Otredades para justificar el proyecto colonial, se inventa la noción de raza y las imágenes se convierten en certezas universales. La importancia del método etnográfico se justifica por el valor que le asigna a distintos documentos, entre ellos los visuales, para dar cuenta de la herencia colonial. De esta manera, se despliega una narrativa propia en la unión entre producción de imágenes y subjetividades: representaciones positivas de los pueblos indígenas que se asimilan a la cultura española y representaciones negativas de los pueblos afrodescendientes, en todos los casos. En este contexto colonial y centrándonos, particularmente en México, se pintan una serie de lienzos de cuadros de castas, cuyo fin fue categorizar y clasificar al conjunto de la sociedad, producto del mestizaje entre personas españolas, indígenas y africanas. El discurso tras las imágenes fue claramente eurocéntrico: el mestizaje produce personas con distintos tonos de piel, mientras más oscura se presenta la piel, más degradada se consideraba a esa persona. Por tanto, encontramos una sociedad en la que la limpieza de sangre y el deseo de ser cristiano viejo tuvo su importancia, hasta el punto de favorecer o desfavorecer la movilidad social. La utopía del blanqueamiento, con el fin de mejorar la raza mediante el mestizaje, se fundamentó en el color blanco de la piel y todos los valores asociados a ello, la felicidad familiar y el éxito económico. El interés del análisis de las pinturas de castas reside en que en ellas encontramos expresada potentemente la utopía del blanqueamiento, la idealización de la “blancura” que permite que las castas inferiores puedan medrar si consiguen el éxito económico, como una de las estrategias de movilidad social, además de los matrimonios heteronormativos. Por último, la tercera parte está conformada por las conclusiones y resultados. Se exponen los resultados obtenidos tras el análisis de los cuadros. Las conclusiones confirman que la hipótesis planteada ha sido demostrada a través de los cuadros de castas. En este apartado se aportan, entre algunas conclusiones, afirmaciones que constatan la existencia de dos procesos de racialización paralelos: Por un lado, la racialización de los cuerpos blancos europeos como modelo hegemónico colonialista y de colonialidad. En este escenario se encuentra la población indígena como una extensión del proyecto europeo, una población no blanca que fue blanqueada bajo un modelo de sexualización reproductiva de personas europeas. Por otro, el tercer cuerpo que se incorpora al escenario hispanoamericano es el de las personas africanas, que sufrieron una racialización de inferioridad y criminalidad por razón de color de piel. La población africana se constituye como una otredad radical, estableciéndose, por primera vez, la polaridad blanco/negro. Esta dicotomía explicaba la estigmatización tan brutal sobre las personas afrodescendientes por parte del sistema de blanqueamiento de toda Hispanoamérica, y concretamente en Nueva España. La estigmatización de las personas afrodescendientes sirvió para crear una jerarquía donde se asociaba el color negro con la bajeza. A ello se deben añadir las referencias bibliográficas utilizadas para el desarrollo de esta tesis

    • English

      This doctoral thesis is an investigation into the consequences of the colonization process that took place in Latin America after the conquest of America, and the cultural, ideological and social implications that were created. Relations between the Old and the New world began in 1492, the time when the European population arrived in what would be called America, passing through the African coasts beforehand, which marked the beginning of the colonization process that transformed the world. The scenario that determines this process at its beginnings is the arrival of Christopher Columbus to the New Continent, and more than a discovery, it was an extension of the lands known until then. Among various causes, there was a fact that favored European expansion and a capitalism in a mercantilist phase: the Atlantic Trade or trade in slaves from Africa. In this way, a permanent economic, social and cultural relationship between Europe and Africa was generated on the scenarios of America. Starting in the 16th century, the forced transfer of African men and women converted into slaves along with Native slavery transformed not only the identities and epistemologies of the colonizing people, but also, profoundly, those of the colonized people. The conquest of America and the transatlantic trade in African slaves implied a change for the indigenous American and African population in their ways of life that led to a process of racialization, from which racism for skin color was born. In the first part, a historical and theoretical perspective is exposed where the various scenarios that are part of the conquest and colonization of America are briefly described. The concepts of slavery and racism and their relationship with the processes of racialization and sexualization of those populations are analyzed. Racialization in Latin America during Spanish colonialism was based on the belief in various categories of races and racism was a practice of discrimination against those racialized people, non-white people. Racialization was closely linked to the processes of classifying colonized people by skin color, racial indicators showed populations marked as inferior in contrast to other groups that were marked as superior. Miscegenation in Spanish America categorized the different social groups into social castes. Miscegenation implicitly implied the idea of blood purity, the purity of what is Spanish, a racism that despised African culture and descendants and tolerated indigenous culture. The mestizo concept was a term used by the Spanish empire from the 16th century to stratify the different castes of people, the term defined those people who descended from European white people and American Indian people. The mestizo category had fewer rights than a person who was a descendant of two white people, but more rights than a person who belonged to a category that was descended from an African person or descendant. The “black” people who appear in the caste painting reinforce the dominance position of white European people. Those aesthetic, social, cultural and identity models that do not belong to the ideology of white supremacy and European hegemony are represented as belittled, mocked and inferior. In the theoretical framework, we also point out how intersectionality as a concept makes it possible to understand social relationships marked by many factors. In this way, another element used as a tool of domination as a European norm was the imposition on colonized cultures of their own conception of gender and sexuality. Judeo-Christian patriarchy and heteronormativity were imposed categories of social organization that regulated the bodies and social relations of indigenous and Afro-descendant peoples in order to dominate them economically and influence their subjective and collective imaginaries. Likewise, a brief review of the postcolonial and decolonial theories is proposed, as they emerge as critical movements against the colonial rule established by the western empires, and the discourses that justify it, arising in different historical contexts and different conditions. Among the many arguments that both theories share is the question of the racialization of the relations of oppression between the colonizing and the colonized world. The decolonial approaches are located in the historical birth of the colonial matrix of power in the 16th century, they focus on aspects related to gender, sexuality, subjectivity and knowledge as instruments of domination. At the beginning, the postcolonial option focuses on India, which after its independence from imperialism was forced to continue reproducing the old cultural forms of the dominant countries. The postcolonial group focuses on the study of the figure of the subaltern or subaltern, outlining that identity of people who live socially on the peripheries of global geopolitics. In the second part, the most practical framework is described, where the ethnohistorical methodology is explained and the corpus that is part of the study is analyzed. The corpus of analysis consists of a series of paintings, called casta paintings, belonging to the casta painting that developed in New Spain in the 18th century, specifically, it is the series by the author Andrés de Islas. Therefore, the colonial caste system is detailed through the Novohispanic casta paintings. Casta paintings are presented as a mechanism of social representation, which produces and reproduces meanings and ideologies that influence the process of constitution of subjectivities and social stereotypes. The racist and sexist representations that paintings have created and reproduced are explored, which allowed certain narratives to establish themselves as dominant and as visual hegemony. Visual documents from Spanish America in the 18th century are analyzed, reviewing the notions of representation, power, truth, otherness, intersectionality, colonialism, etc. The creation of Otherness is required to justify the colonial project, the notion of race is invented and the images become universal certainties. The importance of the ethnographic method is justified by the value it assigns to different documents, including visual ones, to account for the colonial heritage. In this way, its own narrative unfolds in the union between the production of images and subjectivities: positive representations of indigenous peoples who assimilate to Spanish culture and negative representations of Afro-descendant peoples, in all cases. In this colonial context and focusing, particularly on Mexico, a series of canvases of caste paintings are painted, whose purpose was to categorize and classify the whole of society, the product of miscegenation among Spanish, indigenous and African people. The discourse behind the images was clearly Eurocentric: miscegenation produces people with different skin tones, the darker the skin, the more degraded that person was considered. Therefore, we find a society in which purity of blood and the desire to be an old Christian had its importance, to the point of facilitating social mobility or not. The whitening utopia, in order to improve the race through miscegenation, was based on the white color of the skin and all the values associated with it, family happiness and economic success. The interest of the analysis of the casta paintings resides in the fact that in them we find the utopia of whitening powerfully expressed, the idealization of “whiteness” that allows the lower castes to thrive if they achieve economic success, as one of the social mobility strategies, in addition to heteronormative marriages. Finally, the third part is made up of the conclusions and results. The results obtained after the analysis of the tables are exposed. The conclusions confirm that the proposed hypothesis has been demonstrated through the caste tables. This section provides, among some conclusions, statements that confirm the existence of two parallel racialization processes: On the one hand, the racialization of white European bodies as a colonialist and colonial hegemonic model. In this scenario the indigenous population is located as an extension of the European project, a non-white population that was whitewashed under a model of reproductive sexualization of European people. On the other hand, the third body that joins the Spanish-American scene is that of African people, who suffered a racialization of inferiority and criminality due to skin color. The African population is constituted as a radical otherness, establishing, for the first time, the black/white polarity. This dichotomy explained the brutal stigmatization of people of African descent by the whitening system throughout Latin America, and specifically in New Spain. The stigmatization of people of African descent served to create a hierarchy where the color black was associated with lowliness. To this must be added the bibliographical references used for the development of this thesis.


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