Esta tesis doctoral aborda el problema del significado musical a la luz de las nociones de experiencia musical y comprensión musical entendidas desde una perspectiva wittgensteiniana. En este sentido sigue la línea desarrollada por algunos autores claves de la filosofía analítica contemporánea de la música. Aunque esta afinidad con el pensamiento filosófico del segundo Wittgenstein podría invitar a pensar que hay consenso sobre qué aspectos constituyen comprender musicalmente una obra, lo cierto es que hay divergencias notables en cómo se aborda esta cuestión. Así, por ejemplo, autores como Roger Scruton o Hanne Appelqvist, adoptan lo que llamo una concepción estrecha de la comprensión musical. Según esta noción, la escucha acusmática de sonidos organizados tonalmente determina en gran medida el rango de lo que podemos considerar experiencias propiamente musicales. Críticas como las de Andy Hamilton, Garry Hagberg o Theodore Gracyk adoptan una postura más flexible incluyendo como relevante para la comprensión casi todo aquello que pertenece al modo en el que la música es producida y apreciada. Estas divergencias revelan hasta qué punto lo que unos y otros autores entienden por gramática musical difiere y, por ende, qué se considera como un aspecto organizacional de la comprensión musical. La propuesta que aquí se presenta trata de ofrecer una opción diferente a estos dos modos alternativos de caracterizar la comprensión musical. Con ese fin, se procurará demostrar la viabilidad de sostener una concepción de la comprensión y el significado musicales que atribuya un papel fundamental a ciertos aspectos no tonales que aspiran a contribuir al significado musical. De este modo, con Scruton, se defiende que sólo aquellos aspectos que desempeñen un papel organizacional en la experiencia musical son musicalmente relevantes, pero, frente a Scruton, se defiende que ciertos aspectos no tonales pueden tener un rol organizacional. Esto se debe a cómo dentro de la propia evolución de una práctica musical concreta, podemos ver cómo aspectos no tonales adoptan dicho rol dentro de la escucha y el proceso composicional. La articulación y defensa de esta idea se realizará como respuesta a las críticas que autores, como el propio Scruton, han vertido sobre el valor musical de la música popular. Es en este contexto donde se propone la idea de reconocer un papel organizacional a los aspectos no tonales (sonoros o visuales) presentes en las obras musicales de dicha tradición. Esta idea se articulará en tándem con la articulación de una defensa de esta música y del valor de su experiencia como experiencia propiamente musical. Así, trato de analizar ejemplos en los que se ponen de manifiesto el uso de estos nuevos aspectos en la música popular como el uso del sampleo, la cuidadosa estilización de sonidos, ruidos y atmósferas sonoras que se incorporan a la música, o las actitudes que los músicos tienen en el escenario. Lo interesante de estos elementos es que, pese a la dificultad de establecer reglas claras de su uso, parecen efectivamente poder ser reconocidos como movimientos, o expresiones de comprensión, adecuados o inadecuados dentro del sistema musical de esta tradición. Captar esta adecuación significaría que dichos elementos forman parte del contenido experiencial musical cuando comprendemos la música. Así, esta tesis tiene como objetivo, si bien no establecer criterios rígidos de comprensión para estos aspectos, mostrar cómo los participantes de este sistema, los proponen como incorporaciones a lo propiamente musical.
This doctoral thesis addresses the problem of musical meaning in light of the notions of musical experience and musical understanding within a Wittgensteinian perspective. In this sense, it follows the line developed by some key authors of contemporary analytical philosophy of music. Although this affinity with the philosophical ideas of the second Wittgenstein might lead one to think that there is a consensus on what aspects constitute the musical understanding of a work, the truth is that there are notable divergences in the way this question is approached. Thus, for example, authors such as Roger Scruton or Hanne Appelqvist, adopt what I call a narrow conception of musical understanding. According to this notion, acousmatic listening to tonally organised sounds largely determines the range of what we can consider properly musical experiences. Criticisms such as those of Andy Hamilton, Garry Hagberg or Theodore Gracyk adopt a more flexible view by including as relevant to understanding almost everything that pertains to the way in which music is produced and appreciated. These divergences reveal the extent to which the authors' views on musical grammar differ, and thus what is considered to be an organisational aspect of musical understanding. The proposal presented here attempts to offer a different option to these two alternative ways of characterising musical understanding. For that purpose, it will seek to demonstrate the feasibility of sustaining a conception of musical understanding and meaning that attributes a fundamental role to certain non-tonal aspects that aim to contribute to musical meaning. Thus, like Scruton, it is argued that only those aspects that play an organisational role in musical experience are musically relevant, but, in contrast to Scruton, it is argued that certain non-tonal aspects can play an organisational role. This is due to how, within the evolution of a particular musical practice, we can see how non-tonal aspects take on such a role within the listening and compositional process. The articulation and defence of this idea will be made in response to the criticisms that authors, such as Scruton himself, have made of the musical value of popular music. It is in this context that the idea of recognising an organisational role for the non-tonal aspects (sonic or visual) present in the musical works of this tradition is proposed. This idea will be articulated in tandem with the articulation of a defence of this music and the value of its experience as a properly musical experience. Thus, I try to analyse examples of the use of these new aspects in popular music, such as the use of sampling, the careful stylisation of sounds, noises and sound atmospheres that are incorporated into the music, or the attitudes that the musicians have on stage. What is interesting about these elements is that, despite the difficulty of establishing clear rules for their use, they seem to be effectively recognisable as appropriate or inappropriate movements, or expressions of understanding, within the musical system of this tradition. To grasp this appropriateness would mean that such elements are part of the musical experiential content when we understand music. Thus, this thesis aims, while not establishing rigid criteria of understanding for these aspects, to show how the participants of this system propose them as incorporations into the properly musical.
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