Las distintas tasas de morbilidad de muchas enfermedades vienen explicadas, no solo por las condiciones genéticas de los individuos, sino también por sus propias características. Entre estas características, además de lo que concierne a los hábitos de vida y salud, suelen estar presentes algunos rasgos sociodemográficos y económicos, como el género o el nivel de renta, lo que los convierte en fuentes de desigualdad. Estas desigualdades se manifiestan, no solo en distintos niveles de acceso a los recursos sanitarios, sino en el nivel general de salud y, por extensión, de salud mental. Todo ello pone de manifiesto la necesidad de abordar análisis, como el que aquí se presenta, que permitan examinar estas relaciones y, a partir de ellas, plantear planes de cuidado y prevención de la salud que tengan en cuenta estas circunstancias. En definitiva, se trata de implementar unas políticas sanitarias más efectivas que tengan a la evidencia encontrada en la literatura, como una base adicional para su propuesta y posterior puesta en funcionamiento.
En este contexto, el objetivo de esta Tesis Doctoral es contribuir a la identificación del impacto que distintos rasgos individuales tienen sobre el estado de salud de la población. Para ello, se emplean distintas especificaciones de modelos de probabilidad que permitan obtener conclusiones tendentes a la citada identificación. Para conseguir el objetivo planteado, esta investigación, circunscrita a distintos ámbitos espaciales y temporales, utiliza microdatos recolectados por institutos oficiales de estadística. En concreto, se trabaja con la Encuesta Canaria de Salud, elaborada por el Instituto Canario de Estadística, y con la segunda y tercera ola de la Encuesta Europea de Salud (EHIS-2 y EHIS-3), suministrada por Eurostat.
El desarrollo del objetivo de esta investigación se articula en tres aplicaciones. La primera de ellas permite aproximarse al papel que juega la salud mental en la decisión de consumir tabaco por parte del individuo. Entre los principales resultados, destaca la tendencia a la acumulación de malos hábitos de vida, lo que, a su vez, podría traducirse en una ventaja para los planes preventivos, dado que la prevención de alguno de ellos podría suponer una minoración del resto. La segunda de las aplicaciones, orientada al análisis de la salud mental de las mujeres de 27 países europeos, dada su especial prevalencia al padecimiento de depresión, permite acercarse a las diferencias culturales derivadas de los distintos contextos nacionales. Además, esta aportación insiste en la necesidad de que los planes preventivos no sean neutrales respecto al género, dado que solo así se mejorará el nivel de eficiencia de estos. Por último, la tercera aplicación presentada estudia la relación género-empleo y su impacto sobre la salud mental. Este análisis pone de manifiesto las diferencias derivadas del sector económico o del nivel de responsabilidad del puesto que ocupa el individuo. La existencia de estas permite concluir que la implantación de los cuidados de la salud mental dentro de los planes de prevención de riesgos laborales puede resultar una forma más eficaz y rápida de abordar este importante asunto.
Así, esta Tesis Doctoral ahonda en la importancia de establecer planes de prevención específicos, orientados a los colectivos más prevalentes, como forma de mejora de la salud mental general de la población.
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