Los coccidios del género Eimeria son parásitos intracelulares de las células epiteliales del intestino delgado y grueso de los hospedadores. Los caprinos adultos suelen hacerse resistentes después de sobrevivir al periodo crítico durante las primeras semanas de vida. Por el contrario, los animales jóvenes son especialmente susceptibles a padecer la enfermedad, sobre todo durante el periodo de destete. La enfermedad, que se encuentra diseminada por todo el mundo, cursa con trastornos gastrointestinales asociados a diarrea, deshidratación, anorexia, deterioro del estado general y postración. En los casos más severos puede producir la muerte de los cabritos y, en general, se asocia a un importante retraso del crecimiento. Por todo ello, las infecciones por Eimeria spp. son responsables de cuantiosas pérdidas económicas. Tradicionalmente, el control de la coccidiosis se ha basado en la combinación de medidas de manejo y profilaxis terapéutica con anticoccidiósicos. Aunque hay disponibles numerosos fármacos en el mercado efectivos frente a Eimeria spp., actualmente no existe ninguno que esté registrado para los caprinos en la Unión Europea. De forma empírica, se emplean dosis similares a las recomendadas para ovinos o bovinos, con el consiguiente riesgo de subdosificación y, por tanto, de aparición de resistencia anticoccidiósica. Por este motivo, uno de los objetivos de la presente tesis doctoral fue evaluar la eficacia en cabritos de dos de los anticoccidiósicos más ampliamente utilizados en rumiantes, en concreto las triazinas diclazuril y toltrazuril. En el estudio realizado con diclazuril se evaluaron dos dosis del fármaco (1 y 2 mg/kg de peso vivo) y, con cada una de ellas, se realizaron tratamientos simples o dobles, separados dos semanas. De los datos obtenidos en este trabajo puede concluirse que el tratamiento con diclazuril es altamente eficaz frente la coccidiosis en cabritos. Sin embargo, la estrategia de control óptima debe adaptarse a las condiciones de manejo y a la presencia de coccidiosis clínica o subclínica en el rebaño. En el estudio realizado con el anticoccidiósico toltrazuril también se evaluaron dos dosis (20 mg/kg y 40 mg/kg), pero en este caso los tratamientos fueron únicos, aunque en dos tiempos diferentes (2 y 7 semanas de vida). En base a los resultados obtenidos, se concluye que los tratamientos metafilácticos con 20 mg/kg de peso corporal de toltrazuril a las 2 semanas de edad serían suficientes para controlar los síntomas clínicos de coccidiosis en cabritos; mientras que si se administra más tarde, a las 7 semanas de edad, coincidiendo así con el pico de excreción de ooquistes frecuentemente observado en cabritos en condiciones de campo, podría ser aconsejable una dosis doble. Ambos anticoccidiósicos se han venido utilizando en las explotaciones de caprinos de España en la última década, por lo que no se descarta que, en un futuro próximo, se desarrollen fenómenos de resistencia, tal y como ha sucedido en rebaños de ovinos en Noruega. En consecuencia, se hace necesaria la implantación de estrategias de control alternativas como la inmunoprofilaxis. En este sentido, en el tercer artículo de la tesis se evaluó el efecto inmunoprotector de ooquistes atenuados de E. ninakohlyakimovae frente a la coccidiosis en cabritos. Los datos del estudio mostraron que la inmunización prácticamente no mostró efecto patógeno, pero sí suficiente inmunogenicidad en términos de inmunoprotección. La protección se reflejó, no sólo en la reducción de los ooquistes excretados en heces, sino también en una reducción de la intensidad del cuadro clínico de los cabritos. En su conjunto, el compendio de artículos presentado en la presente tesis se ha pretendido que sea una contribución al control de la coccidiosis en ganado caprino.
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