El argumento central de la tesis es demostrar que, a partir del análisis de trayectorias de vida desde la fenomenología y la antropología del conocimiento, es posible comprender las transformaciones en las nociones de indigeneidad. Para lograrlo, se estudiará cómo las trayectorias de vida abarcan ámbitos tan amplios que van desde el habitar en un territorio y la adquisición de conocimientos hasta las elecciones viables en la vida cotidiana. Se partirá de las vivencias de un grupo de jóvenes sikuani, entre 18 y 25 años, en contrapunto con las de un adulto sikuani de ca. 50 años. El estudio de estas trayectorias de vida enmarcadas por vivencias familiares, la historia de la región, el sistema educativo moderno y las expectativas personales presenta la oportunidad para revisar las nociones de indigeneidad desde el punto de vista de los entrevistados. El texto se orienta a partir de tres problemas. El primero es comprender el habitar como experiencia con el territorio de la Orinoquia, su historia y sus habitantes, en los capítulos 1 y 2. Es segundo es analizar de qué forma la relación entre humanos y no humanos hace parte de una visión de mundo que se sedimenta en el cuerpo para conformar un conocimiento que permite apropiarse del mundo y transformarlo, en los capítulos 3 y 4. El tercer problema es cómo la escolaridad ha impuesto su visión de mundo -enfocada en el "telos" del desarrollo- en la educación para pueblos indígenas y qué impacto ha tenido este cambio en las trayectorias de los jóvenes sikuani, en los capítulos 5 y 6. El marco teórico para abordar estos problemas parte de un diálogo entre la antropología del conocimiento, la antropología de la educación y la fenomenología, en términos de Alfred Schütz
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