La hemorragia subaracnoidea por rotura de aneurisma cerebral (HSAa) comporta grave riesgo para la vida. Para evitarlo, todos los aneurismas rotos y ciertos no rotos deben ser excluidos de la circulación. La baja incidencia de HSAa, los escasos aneurismas no rotos diagnosticados, y la alta complejidad de su tratamiento precisan de profesionales muy especializados junto a la concentración de casos en centros de alto volumen. El Hospital Universitario Virgen del Rocío (HUVR) es uno de ellos y afronta el tratamiento de esta patología desde hace décadas siendo centro referente con influencia regional y nacional. A pesar de ello, no hay constancia de resultados globales ni si concuerdan con las recomendaciones de guías de práctica clínica y publicaciones de otros centros. Se ha recopilado información acerca de 667 casos de aneurismas rotos y no rotos y de 552 pacientes atendidos en el HUVR con el diagnóstico de aneurisma cerebral durante los 6 años comprendidos entre 2010 y 2015 y seguidos por un período medio de 41 meses. La incidencia estimada de HSAa para la población asignada al centro ha sido de entre 2,64 y 3,62 por 100.000 habitantes año y la mortalidad de 0,41 por 100.000 habitantes año. Para los casos de HSAa, la media de edad ha sido de 54 años y 1,8 veces más en mujeres. El 64,2% eran fumadores y el 49,5% hipertensos. Las localizaciones más frecuentes de los aneurismas han sido arteria comunicante anterior, comunicante posterior y cerebral media, y el 21% de los pacientes tenían más de uno. El tiempo medioentre el inicio de los síntomas de la HSAa y el tratamiento ha sido de 49 horas y el 19% resangraron antes del tratamiento. El 50% de estos ocurrieron dentro de las primeras 12 horas y el 75% dentro de la primera semana. El angio-TAC (CTA) ha sido la única prueba en el 4,9% de los casos, siendo la arteriografía utilizada en el 92,8%. La relación domo/cuello de los aneurismas rotos ha sido mayor que la de los no rotos y hay una tendencia al tratamiento endovascular cuanto mayor es este valor. El 84,2% de los aneurismas rotos fueron tratados endovascularmente, el 8,1% quirúrgicamente y el 7,7% no recibieron tratamiento. El 46,2% de los aneurismas no rotos fueron tratados endovascularmente, el 13% quirúrgicamente y el 40,8% no tratados. Presentaron mal resultado funcional al alta el 61% de los pacientes con aneurismas rotos tratados endovascularmente y el 69,7% de los quirúrgicos. Para los casos que sufrieron resangrado espontáneo este valor fue del 91% falleciendo el 45%. Resangraron durante el procedimiento terapéutico el 5,6% de los endovasculares y el 18,2% de los quirúrgicos. El 34,8% de los pacientes con HSAa experimentaron hidrocefalia aguda, el 27,7% neumonía y el 45,3% vasoespasmo. Todos ellos con peor resultado funcional al alta y evolutivamente. La tasa de oclusión completa para los aneurismas rotos tratados endovascularmente fue del 73,1% y para los quirúrgicos del 86,2% necesitando retratamiento durante el ingreso el 3,5% y el 6% respectivamente. Los casos de resangrado para aneurismas tratados endovascularmente ha sido de 0,58 x 100 casos-año; y para los tratados quirúrgicamente, 0,85 x100 casos-año. Han sido correctamente seguidos el 69,4% de los casos endovasculares y el 30,6% de los quirúrgicos. detectándose repermeabilización en el 42,4% de los primeros y en el 10,5% de los segundos. Finalmente, el 8,5% de los aneurismas tratados endovascularmente requirieron retratamiento tardío por repermeabilización. El manejo global de esta patología en el HUVR se ajusta a lo recomendado por las guías de práctica clínica y los resultados se asemejan a los de otras series publicadas. Difieren en el bajo uso del CTA como prueba diagnóstica y el bajo porcentaje de pacientes tratados quirúrgicamente que explicaría el mayor índice de repermeabilización, resangrado y retratamiento detectado. Los porcentajes de correcto seguimiento evolutivo son bajos y es importante aumentarlos para prevenir resangrados.
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