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Resumen de Socialismo y cuestión nacional en España: (1873-1939)

Daniel Guerra Sesma

  • Tres han sido los temas territoriales que han provocado debate interno en el socialismo español: las reformas estatutarias, la financiación autonómica y las competencias hidráulicas.

    Al albur de la discusión sobre el nuevo Estatuto de Cataluña, se manifestaron dos posturas que diversos analistas identificaban con la verdadera tradición histórica del socialismo español. Por una parte, la federalista o la confederalista, y por otra la jacobina o la autonomista.

    El presente trabajo trata de averiguar cuál es la verdadera tradición histórica del socialismo español con respecto al nacionalismo y al federalismo. Cómo articuló las dos variables colectivas, clase y nación, que la izquierda ha tenido que combinar históricamente, no sin dificultades.

    Nos preguntamos si el socialismo español ha tenido una doctrina definida sobre la cuestión nacional, si es consecuencia de un análisis propio, o sólo una serie de pronunciamientos coyunturales provocados por la acción de los nacionalismos periféricos. En una palabra, si el Partido Socialista Obrero Español (P.S.O.E.) fue un partido federalista, autonomista, jacobino o simplemente accidentalista, y cuál fue su evolución en esta materia desde sus orígenes hasta el final de la guerra civil.

    La investigación está basada en el estudio de los documentos oficiales, de la prensa socialista, de los testimonios más significativos de la época, de la actuación del Partido Socialista en las instancias en las que se planteaba esta cuestión y del análisis posterior de diversos autores. Dicha investigación nos lleva a concluir:

    1º.- El PSOE estableció una dialéctica distinta con respecto a los nacionalismos español, catalán, vasco y gallego porque dichos nacionalismos también lo eran. Asimismo, diversas fueron las estructuras políticas, económicas, sociales y urbanas de Cataluña, País Vasco y Galicia, lo que marcó un desarrollo igualmente heterogéneo del socialismo en esas regiones.

    2º.- El PSOE consideró España como su nación política, y vincula la unidad nacional a la unidad obrera, de acuerdo con la teoría de la nación histórica de Engels y Kautsky. Pero lo hizo críticamente al creer que la debilidad del liberalismo limitó su alcance nacionalizador. Para el socialismo, la realización nacional implica la integración política, económica, social y cultural del proletariado. Las guerras coloniales, espoleadas por la burguesía y que movilizaban únicamente a los hijos del proletariado, llevaron al PSOE no a negar la idea de la nación, sino a contraponer un sincero patriotismo obrero al patriotismo burgués.

    3º.- El PSOE no fue federalista. Desde la indefinición inicial evolucionó hacia el autonomismo regional dentro de la soberanía nacional del pueblo español. Algunos dirigentes contraponían a los nacionalismos periféricos un federalismo retórico que equiparaban a una descentralización política regional. La influencia de la nueva hornada de dirigentes procedentes del krausismo y del regeneracionismo en torno a 1915 marcó la evolución hacia un organicismo respetuoso con la unidad nacional. La resolución federalista aprobada en el Congreso de 1918 fue sustituida por otra autonomista en el de 1919, que se fue renovando hasta el Congreso de 1932, el último antes de la guerra. En el debate constituyente de 1931 el PSOE votó en contra de que la República española fuera federal.

    4º.- La prioridad para el socialismo español era la construcción de una España democrática; para el socialismo catalán, la construcción nacional de Cataluña y el pacto federal con aquélla. Sus orígenes, sus referentes ideológicos y sus evoluciones políticas posteriores fueron diversos. Los fracasados intentos de unión entre ambos (1880-82, 1914-19 y 1932-34) indican que son dos socialismos distintos y difícilmente conciliables.


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