Los fenómenos psicóticos aislados no son raros en la población general, pueden presentarse hasta en un 10% de individuos (van Os y cols., 2003, 2009). La presencia de dos experiencias psicóticas concurrentes (alucinaciones y delirios) en adultos se ha relacionado con peor funcionamiento y salud general, mayor probabilidad de diagnóstico y tratamiento de psicosis a lo largo de la vida, y también con situaciones de adversidad y problemas de audición (Nuevo y cols. 2012).
Se estima que hasta un 6% de niños y un 10% de adolescentes pueden presentar alucinaciones auditivas alguna vez durante su desarrollo (Dhossche y cols., 2002, Rubio y cols., 2012), sin embargo habitualmente, no serán diagnosticados de psicosis dado que son transitorias y se presentan de forma aislada (Hollis y cols., 2000 , Rubio y cols., 2012). Estos fenómenos psicóticos pueden estar precedidos de experiencias traumáticas extremas como el abuso, el aislamiento extremo o la deprivación de sueño (van Os, 2003). No obstante, algunos estudios longitudinales han demostrado que la presencia de síntomas psicóticos en la adolescencia incrementa el riesgo de padecer un trastorno psicótico en la vida adulta y además son también marcadores de riesgo de trastornos psicopatológicos no psicóticos (depresión y ansiedad) durante la adolescencia (Kelleher y cols., 2012).
La psicosis es un estado clínico ¿ no diagnóstico- en el que la persona afecta pierde el contacto con la realidad; constituye una condición fenomenológica característica sin estabilidad temporal (Alvárez-Segura y cols., 2009).
El episodio psicótico es el estado clínico en el que aparecen o se reactivan los síntomas psicóticos.
El término primer episodio psicótico es usado típicamente para referirse a personas que acaban de iniciar la enfermedad psicótica y que presentan todos los 4 síntomas positivos, negativos y otros en un grado de convicción, preocupación y verosimilitud intensa (Breitborde y cols., 2009). Es necesario alcanzar un consenso con criterios operativos para la definición de primer episodio psicótico que resulte válida para la intervención clínica (ej. diagnóstico y tratamiento precoz) y la investigación (ej. conseguir muestras homogéneas) (Breitborde y cols., 2009).
En la última década ha habido mucho interés en distinguir un grupo de individuos que presentan síntomas psicóticos atenuados, estado mental de alto riesgo de padecer psicosis o antecedentes familiares de primer grado de psicosis (van Os y cols., 2000, 2009 ; Schultze-Lutter y cols., 2011 para revisión crítica de conceptos).
La identificación de estos estados mentales de riesgo de psicosis, que pueden preceder al desarrollo de una esquizofrenia (entre 1 de cada 5 y 1 de cada 10 la desarrollaran según Ruhrmann y cols., 2010), tiene importancia clínica y terapéutica. Se caracterizan por la presencia de síntomas psicóticos positivos atenuados, breves o transitorios que generan búsqueda de atención médica. También se incluyen en este grupo las personas con trastorno esquizotípico que presentan deterioro funcional reciente (Schultze-Lutter y cols., 2012) .
Muchos de los pacientes sufren otros trastornos como depresión o anomalías de la personalidad (Schultze-Lutter y cols., 2011). El síndrome de psicosis atenuada es una nueva propuesta diagnóstica pendiente de más investigación de la DSM-5 (DSM-5, 2014).
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