En la actualidad estamos inmersos en un periodo donde los términos relacionados con abandono, fracaso, desmotivación, rendimiento escolar,están a la orden del día y, desgraciadamente habituales y cotidianos por su excesiva aparición en nuestra sociedad.
A lo largo de estos últimos años se está observando con gran asombro cómo un alto porcentaje de los alumnos pierde la motivación con la que empiezan sus estudios, llegando muchos de ellos a bajar en gran medida el rendimiento escolar, incluso algunos (más de los deseables) abandonar los centros educativos sin ninguna titulación.
En las primeras etapas se puede comprobar la extraordinaria motivación con la que la práctica totalidad del alumnado comienza su andadura educativa, mostrando interés por todo lo novedoso, gusto por el aprendizaje a través de una metodología lúdica, afán de participación en cualquier actividad, relación positiva con el profesorado, respeto hacia los mismos, toda una serie de aspectos que se van perdiendo durante el transcurso de su vida escolar y que se puede apreciar con claridad en etapas posteriores, como en el primer ciclo de la Enseñanza Secundaria Obligatoria que, si bien existiendo todavía un apreciable número de alumnos que aún los conservan, un porcentaje elevado de ellos los perdieron inexplicablemente por el camino.
Más tarde, algunos de los afortunados que pueden llegar a los estudios universitarios, retoman parte de esos aspectos antes mencionados que probablemente mantenían ligeramente ocultos y, aunque desgraciadamente menos de los que sería recomendable, parte de estos alumnos vuelven a reflejar esa motivación y ganas de conectar con los profesores, siempre y cuando éstos últimos sean accesibles y faciliten la interrelación que solicitan sus educandos.
Tras estas experiencias no podemos sino preguntarnos las razones o causas de este nefasto cambio de actitudes (que no en principio de aptitudes, aunque finalmente por lógica termina derivando también en ellas) de nuestros alumnos.
Y no conforme con una simple explicación (si lo fuere, que es dudoso), la pretensión de este trabajo de investigación, sin ánimo de parecer utópica, va más lejos, con el difícil objetivo de intentar acrecentar los lazos de unión entre profesor y alumno asemejándolos a los existentes en las primeras etapas, modernizando y acercando el proceso de enseñanza-aprendizaje a la realidad actual y entorno más próximo de los discentes, procurando conseguir la atención de los mismos mediante el uso de recursos atractivos habitualmente utilizados por ellos. Verdaderamente no es tarea fácil, pero seguramente resultará gratificante y muy prometedor cualquier avance en este sentido por pequeño que sea.
A tal fin se dedica este estudio, con la esperanza de averiguar si la utilización en entornos educativos de los blogs pudiera conseguir ese ansiado aumento de motivación, aportando cercanía en las relaciones personales y contribuyendo a una apreciable mejoría en el rendimiento académico de los alumnos.
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