Las inconsistencias léxicas observadas en las traducciones en inglés, español y polaco de las fichas de cata de vino han sido el desencadenante del estudio de los tecnolectos enológicos de Australia, California, España y Nueva Zelanda y el fundamento de la hipótesis investigadora, de que la valoración positiva (Martin, 2005) inherente a dichas fichas, ha de transformarse de acuerdo con la idiosincrasia de la cultura meta para causar el efecto deseado en el lector de la traducción. El procedimiento metodológico ha consistido en una investigación mixta cuantitativo-cualitativa a partir de una serie de corpus compilados ex-profeso consistentes en fichas de cata originales de las bodegas junto con sus traducciones publicadas en dos revistas polacas Czas Wina y Magazyn Wino en los años 2006-2010. El marco teórico de la investigación ha sido fundamentado en tres pilares: (1) el concepto de lenguaje especializado (Swales, 1990; Sager, 1994; Lerat, 1997); (2) la Teoría de la Valoración (Martin 2005) y (3) la traducción intercultural (Nida, 1977; Newmark, 1988; Nord, 1987). La pertenencia del lenguaje enológico a los lenguajes especializados ha sido demostrada debido a su carácter de tecnolecto y de herramienta de interacción en las comunidades discursivas involucradas; del mismo modo quedó patente su carácter de LSP (Sager, 1980; McEnery, 2001) en cuanto sistema y vehículo de comunicación; finalmente se probó que la ficha de cata cumple con los requisitos del género textual especializado (Swales, 1990; Bhatia,1993) en los niveles léxico-semántico, morfo-sintáctico y retórico-estructural. El segundo pilar teórico, fundamentado en la Teoría de la Valoración, ha permitido demostrar que la apreciación positiva, perteneciente al subsistema actitudinal de dicha teoría, constituida a su vez por los componentes de reacción, composición y valoración, coincide en con las tres fases de la cata de vino: visual, olfativa y gustativa. La valoración positiva propia a las fichas, tanto en su versión original, como en la traducción, se basa en el empleo de lexemas cuyas connotaciones positivas son inherentes a su significado, o adquieren tal carácter en el contexto enológico (complejo, persistente). La traducción intercultural, que forma el tercer pilar teórico de la investigación, ha sido el punto de inicio del estudio de la especificidad de algunos de los términos debida a la idiosincrasia del idioma origen. La aparente intraducibilidad de algunos ha dado lugar a la introducción y definición del concepto de culturema enológico, entendido como fenómeno o artefacto propio de la cultura enológica del país origen e inexistente en la cultura del país meta. Su especificidad dificulta la traducción del tecnolecto enológico y exige del traductor destrezas superiores a las habitualmente requeridas para los textos especializados, dando lugar a veces a la situación definida como culturema enológico negativo, consistente en la omisión de dicho concepto, al margen de la viabilidad de su traducción. El amplio uso de la taxonomía cromática en la fase del análisis visual del vino y el uso términos específicos e idiosincráticos (color picota, purple) fue el motivo de la introducción del concepto de culturema enológico cromático definido como uso de determinados lexemas específicos para un lenguaje enológico y cuya traducción requiere de la pertinente adaptación acorde a la idiosincrasia de la cultura meta (color sangre). La tesis demuestra también que los procesos de aculturación propios de la globalización actual conducen a una mayor uniformización del contenido y de la forma de la ficha de cata, tanto intra como interlingüísticamente, ya que necesitan satisfacer las nuevas expectativas de los receptores. El campo de análisis de los lenguajes enológicos y sus traducciones ofrece numerosas opciones de investigación tanto desde la perspectiva intercultural como sociolingüística o terminológica.
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