El tramo final del Barranco de La Aldea presenta las siguientes características: clima árido, desarrollo de una agricultura intensiva y explotación intensa del acuífero mediante más 300 pozos excavados. Por ello, la caracterización hidrogeológica de la zona es fundamental para la correcta planificación y gestión de los recursos hídricos. Los trabajos llevados a cabo en la zona han puesto de manifiesto la existencia de un Sistema Acuífero en el que el flujo tiene lugar de Oeste a Este, con dos unidades hidrogeológicas diferenciadas: los sedimentos aluviales y los Basaltos Miocenos, con transmisividades medias de 1100 m2·d-1 y 5 m2·d-1 respectivamente. El agua pertenece a diversas familias hidrogeoquímicas: Cl-Mg si proceden de los Basaltos Miocenos, Cl-Na con salinidades muy altas localizados en una zona concreta y altos contenidos de NO3 y SO4 por retornos de riego en otras zonas. El acuífero ha sufrido una salinización progresiva, debida a la yuxtaposición de varios factores: extracción de aguas antiguas en los Basaltos Miocenos, aridificación de la recarga, retornos de riego, conos ascencionales de agua de mar en la costa y contaminación por lixiviado de depósitos hidrotermales.
El balance hídrico en el período de estudio (1992-99) indica que la recarga del sistema procede mayoritariamente de la infiltración de los barrancos, los retornos de riego y la parte alta de la isla, mientras que las salidas tienen lugar hacia el mar y mediante la explotación del acuífero.
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