Miguel Ángel de la Cova Morillo-Velarde
El proyecto arquitectónico y su representación son inseparables, al igual que los instrumentos utilizados lo son al propio proceso de creación, de ahí el interés de su estudio. En las maquetas realizadas bajo la supervisión de Le Corbusier, aspectos como los materiales y escalas utilizados, su presentación, objetivos, etc. alcanzan otra dimensión, pues son el trabajo no sólo de un arquitecto, sino de un artista plástico. Tal como señala Jean Louis Cohen, la maqueta posee una doble condición, que en el idioma francés se expresa con los términos "oeuvre" y "ouvrage", de difícil traslación a otras lenguas: la maqueta es algo más que el objeto resultante de una representación escalada de un edificio, es también un trabajo intelectual, otra presencia de dicha arquitectura. En el caso de Le Corbusier, la identificación de objetos de diferente tamaño (piedras, botellas, cajas de cerillas, conchas, células, accidentes geológicos...) con su arquitectura, pintura y escultura, insiste en ese metamorfosis escalar que caracteriza sus procesos creativos. La maqueta aparece como agente intermediario entre los valores poéticos de dichos objetos inspiradores y la arquitectura por venir. La formación artística y artesanal de Le Corbusier y sus colaboradores propicia que las maquetas se realicen a través de sistemas y técnicas de las bellas artes o de las artes y oficios. Esto supondrá ciertas transferencias de dichos métodos de elaboración a las arquitecturas que están en gestación, mano a mano con los dibujos. La maqueta propicia una primera experiencia tridimensional, hecho especialmente relevante dada la condición pictórica del espacio en la obra de Le Corbusier. Más allá de ilustrar los tiempos de la ejecución del edificio proyectado, el montaje o desmontaje de estas anatomías, representadas mediante fotografías o filmes, evidencian las relaciones de su construcción con la desmaterialización del cuerpo a través de la cinética, propia del arte del siglo XX. Y, por ende, de la arquitectura representada. Mediante el estudio comparado de las maquetas y las planimetrías se han deducido diversas relaciones entre ambos instrumentos, que demuestran probadamente el papel activo del modelo arquitectónico en el proyectar de Le Corbusier. Para contrastar las diversas informaciones manejadas (planimetrías, cartas, agendas, bibliografías, fotografías, etc.) se ha creado una base de datos de las más de doscientas maquetas localizadas. Se anexa al documento de tesis doctoral un recopilatorio de las más señaladas dentro de este estudio. La tesis se organiza a través de una serie de capítulos titulados con métodos artísticos o artesanales, evidenciando el carácter manual de estos trabajos, englobados en dos partes -"Plastique" y "Texturique"- según su capacidad de representar el interior del objeto-arquitectura. A la vigencia, adecuadamente revisada, del legado de Le Corbusier se le une la pertinencia de retomar las relaciones entre forma y manualidad, presente en las lecturas del arquitecto-artista, de entre las cuales se reaviva la figura de Henri Focillon, cuyo "Vie des formes. Eloge de la main" enlaza con pensadores actuales como Richard Sennett. Una mano tendida al tiempo de lo digital.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados