La IgG fue detectada "in vivo" mediante inmunofluorescencia directa, sobre la membrana de hepatocitos, aislados enzimáticamente, de ratas tratadas con etanol, tetracloruro de carbono y etanol más tetracloruro de carbono, en 3 grupos respectivos de tratamiento. Al mismo tiempo se estudió, mediante el análisis histológico del hígado, el efecto de dichos tóxicos sobre la estructura hepática, con objeto de hallar una posible correlación entre la aparición de autoinmunidad de tipo humoral y un determinado estado histológico de enfermedad hepática. La IgG apareció en forma de patrón lineal fino fluorescente sobre los hepatocitos de los hígados en los animales tratados y no en los controles. El hallazgo histológico que más se relacionaba con la presencia de inmunofluorescencia positiva fue el de la cirrosis, debida a la asociación de tetracloruro de carbono con etanol en el tratamiento de los animales estudiados. La conclusión más significativa fue la de que el alcohol produce cambios antigénicos en la membrana de los hepatocitos, que provocan una respuesta autoinmune mediada por auto anticuerpos de tipo IgG, y esta reacción se intensifica a medida que progresa la lesión hepática, siendo máxima en cirrosis.
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