Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


Resumen de Extranjeros, nacionalismo y política migratoria en el México independiente, 1821-2000

Octavio Bernardo Rebolledo Kloques

  • Sin lugar a dudas, México aparece -ante sí y ante el resto del mundo- como un país particularmente abierto y receptivo a la inmigración extranjera, así como tolerante con las diferencias étnicas y culturales que dicha presencia implica. Con el tiempo tal certidumbre ha devenido una sólida convicción, al grado de que la sensación popular es que "México está lleno de extranjeros" y que éstos se pueden contar por millones en el país. Dicha opinión no solo resulta una despreocupada exageración, sino contraria a lo que demuestran las fuentes históricas y demográficas a lo largo de toda su vida independiente. Desde el año 1821 hasta nuestros días México ha sido uno de los países con menores tasas de inmigración, al punto de que nunca en su historia la población extranjera ha llegado a representar ni el 1% de la población nacional.

    ¿Cómo se explica que una nación que se ha distinguido por poseer un cúmulo inmenso de ventajas materiales, culturales y hasta geográficas haya podido quedar al margen del colosal flujo migratorio que salió de Europa rumbo a América a partir del siglo XIX y que benefició con el aporte de decenas de millones de inmigrantes a países como Canadá o EEUU, pero también a repúblicas latinoamericanas como Argentina, Uruguay, Brasil, Cuba, Costa Rica o Venezuela, entre otras? (Pellegrino, A., 2000). ¿Cuál es el origen de esa sensación que induce a pensar que se está ¿invadido¿ por extraños? ¿Cuáles son las razones que explican que México haya instaurado una de las legislaciones inmigratorias más restrictivas del continente en circunstancias de que muy pocos extranjeros se interesaban en quedarse aquí? (Yankelevich, P., 2009) Estas son algunas de las interrogantes centrales que esta investigación se propone responder. Su enfoque temático es fundamentalmente histórico, basado en el análisis de fuentes secundarias y en la interpretación de información demográfica y estadística que hemos utilizado para argumentar en favor de la hipótesis de que ha sido un nacionalismo étnico, cerrado y de marcado carácter defensivo el que ha caracterizado a México, distanciándolo del mundo como urgente medida protectora de la identidad nacional.

    El temor y la desconfianza hacia el 'otro' es asumido, así, como forzoso comportamiento político y social por representar el antídoto contra un peligro que se intuye real y que se haya enraizado en una serie de traumáticas experiencias históricas en las que la presencia extranjera ha sido directa y crucial. El resultado ha sido la construcción de un Estado nacional que recela de lo 'extraño', de lo 'diverso', y que sacraliza una aparente homogeneidad, en un afán por levantar fronteras étnicas que garanticen su propia integridad y supervivencia.

    En razón de esta tesis central es que nuestro marco teórico contempla la utilización de conceptos tales como Estado, Nación, nacionalismo, identidad nacional, etnicidad, entre otros, los cuales han sido desarrollados por autores considerados clásicos (Gellner, E., 1997; Hobsbawn, E., 1998; Barth, F., 1976; Anderson, B., 2005; Kymlicka, W., 1996), así como otras herramientas conceptuales desarrolladas para entender la realidad mexicana en su especificidad, como ha sucedido con la llamada 'doctrina del mestizaje' o la ideología del "indigenismo", las cuales son capaces de ejemplificar magistralmente esa dicotomía esencial que caracteriza a toda sociedad: "nosotros-ellos" . (Villoro, L., 1998; Vizcaíno, F., 1998 y 2005; Brading, D., 1988 y 1993; Machuca Ramírez, J. A., 1998; Bokser, J., 1994).

    Dado nuestro marco conceptual, enfatizamos el hecho de que el 'extraño' no siempre procede de 'afuera' (como el caso evidente de los extranjeros) y que, por ello, lo podemos descubrir conviviendo entre nosotros. Éste encarna siempre un peligro potencial que amenaza y pone en riesgo la solidez de las certidumbres que acompañan a nuestra identidad, sin importar dónde se halle ese ser 'excéntrico'. Damos por supuesto, entonces, que dicha peculiaridad abarca también a grupos humanos que van más allá de los ya conocidos forasteros, y que se puede extender a cualquier colectividad humana que sea percibida como un elemento que cuestione una parte o el conjunto de lo que se considera las bases fundamentales sobre las que se erige la unidad identitaria de la mayoría nacional, como ha sido, en primer lugar, el caso de los pueblos aborígenes de México.

    Así, este trabajo destaca la singularidad, los detalles y los efectos de la percepción de aquella dicotomía inmanente que expresa la tensión existente en las relaciones que imperan en toda sociedad humana; de la forma en que se ha asumido en México la diversidad a partir del análisis de la inmigración internacional y de la presencia y significación alcanzada por los extranjeros en el periodo bajo estudio, cuyo final lo hemos situado en el año 2000, en virtud de que este fin de siglo coincide con la culminación de un proceso histórico que anuncia el fin de una era en la vida nacional y cuyo evento culminante será la derrota del partido político que monopolizó el poder por más de 70 años. Con ello se cancela el Nacionalismo Revolucionario que se impuso en México a través de casi todo el siglo XX, y que se caracterizó por el mantenimiento de la autarquía económica, el aislamiento político y la actitud distante y defensiva frente al 'otro'.

    El objetivo general del presente trabajo es el de llevar a cabo un análisis histórico de la manera cómo los condicionantes sociales, económicos y políticos han estado determinados por el proceso de formación identitaria y el nacionalismo surgido en México al momento de definirse como nación, desarrollo que se ha caracterizado por la forma específica en que se ha construido la imagen de 'nosotros' frente a 'ellos', y en el cual la percepción de la figura del extranjero ha jugado un papel fundamental.

    Se trata de examinar cómo se ha manifestado esa actitud de temor, distancia y desconfianza hacia el 'Otro'; la manera particular que ha presentado la construcción de la frontera étnica, lo cual no solo ha redundado en una escasa presencia de inmigrantes, sino en la conformación de una ideología nacionalista homogeneizante y excluyente de toda diversidad. Es un intento por comprender la identidad nacional en función de la relación construida a través de la historia entre mexicanos y extranjeros.

    Algunos de los resultados obtenidos por la investigación fueron:

    1. Históricamente, la presencia extranjera en México ha sido insignificante.

    2. Por el contrario, el verdadero drama y la paradoja para la Nación mexicana ha sido la emigración masiva ¿principalmente hacia EEUU-, la cual la ha llevado a ser, hoy en día, uno de los principales expulsores de población en el mundo.

    3. Al menos tres traumáticos eventos históricos han impactado profundamente la construcción identitaria nacional: la conquista y destrucción del imperio azteca por parte de España; la pérdida de más de la mitad del territorio nacional, por parte de los norteamericanos; y la imposición de un imperio mexicano dirigido por un monarca austriaco.

    4. En la memoria colectiva, la figura del extranjero en México ha quedado indeleblemente asociada al avasallamiento y al despojo, lo cual ha generado un evidente sentimiento de temor y desconfianza al extraño, proceso que ha dado origen a un tipo de nacionalismo anclado en su pasado, y cuyos orígenes pueden rastrearse hasta épocas muy anteriores al acto de Independencia, en 1821.


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus