La investigación en Salud Pública hace una importante contribución a la salud de las poblaciones dado que permite una práctica más efectiva, eficiente y de calidad, en correspondencia con las necesidades crecientes de salud de la población. De hecho, la investigación es reconocida como la función esencial número 10 de la Salud Pública. En los últimos años se han realizado una serie de acciones en Latinoamérica que evidencian un reconocimiento de la importancia de la investigación y el fortalecimiento de los sistemas de investigación en salud, hechos que ponen a la luz la necesidad de la evaluar la actividad científica. El objetivo general de esta investigación es caracterizar la producción científica latinoamericana y cubana en Salud Pública contenida en Scopus, desde la perspectiva cienciométrica, con vistas a ofrecer una herramienta útil para evaluación de la gestión de la investigación en el marco de las funciones esenciales de la Salud Pública.
Se realizó un estudio cienciométrico donde se aplicaron indicadores bibliométricos de producción, visibilidad y colaboración extraídos de los portales SCImago Institutions Rankings y SCImago Journal & Country Rank a partir de datos de Scopus, categoría Public Health, Environmental and Occupational Health, fundamentalmente en el período 2003-2011.
La producción científica mundial en Salud Pública es aproximadamente una vigésima parte del volumen de la producción total en Medicina y alcanza menos visibilidad. Latinoamérica es productora mediana en comparación con el resto de las regiones del mundo, caracterizada por un alto nivel de especialización en Salud Pública y el incremento sostenido de su producción científica. La colaboración internacional fue insuficiente, a pesar de la integración política, económica y social alcanzada en los últimos años. La investigación en Salud Pública se expresa con una distribución desigual en los países latinoamericanos como la inequidad en el estado de salud de sus poblaciones. Brasil y México determinan el patrón de comunicación y aportan más de las cuatro quintas partes del volumen total de la producción latinoamericana. Brasil es el mayor productor; México, Colombia, Cuba, Chile y Argentina son productores medianos; Perú, Venezuela, Puerto Rico y Uruguay son bajos productores; y el resto de los países de la región son muy bajos productores. Perú, Puerto Rico y Uruguay con menor producción científica, alcanzan altas tasas de colaboración y mayor visibilidad de su publicación. Cuba y Chile, son países con volúmenes medios de publicaciones y logros importantes en salud, lo que no parece reflejarse en los resultados de la investigación en Salud Pública. Brasil, Cuba y Colombia, fueron los más especializados en la temática. Ningún país destaca por tener una relación perfecta entre las dimensiones publicaciones, inversión y recursos y salud.
El aporte de Cuba a la producción científica en Medicina y en Salud Pública es importante. Ambos patrones de comunicación científica se caracterizan por una tendencia al incremento de la producción, con un alto liderazgo de autores cubanos, bajo impacto científico, escasa publicación en revistas de alto impacto y de producción de excelencia. La producción científica cubana no está impactando en la comunidad internacional como reflejo de sus importantes logros en salud. La situación de baja visibilidad de los artículos de Medicina es aún más crítica en Salud Pública. Las claves para mejorar el impacto de la producción cubana en Medicina y Salud Pública son: el incremento la colaboración científica, la publicación de los artículos en revistas de primer cuartil, la preparación de los recursos humanos en temas de investigación y comunicación de sus resultados y seguir las recomendaciones internacionales sobre las buenas prácticas de edición y publicación científica.
La colaboración científica se vislumbra como una estrategia pertinente para impulsar la investigación, economizar esfuerzos y mejorar la calidad de la publicación. Las políticas de investigación institucionales pudieran comenzar por fomentar la colaboración nacional. Incentivar la colaboración nacional e internacional fortalecería la práctica de la investigación, aprovechando el alto nivel de especialización y liderazgo de la actividad científica de las instituciones cubanas. La producción científica cubana en Salud Pública se concentra en pocas instituciones, independientemente de su volumen de producción, con alto nivel de especialización en Salud Pública. En comparación con las instituciones latinoamericanas, las cubanas reflejan los patrones de comunicación que siguen sus investigadores y que ya se han mencionado (publican fundamentalmente en revistas nacionales, escasa publicación en inglés, baja tasa de colaboración internacional y alcanzan poco impacto en la comunidad científica internacional). Se evidenció la necesidad de que los institutos nacionales de salud hagan mayores y mejores aportes a la investigación en Salud Pública y que se establezcan claras políticas institucionales de comunicación científica.
Este estudio provee una evaluación externa, sistemática, objetiva y contrastada que puede utilizarse como complemento de la evaluación de la función 10 sobre la investigación esencial en Salud Pública en Latinoamérica y Cuba. Los resultados arrojan luz sobre los patrones de publicación y su visibilidad internacional, pero ponen en evidencia la necesidad de encontrar métodos que permitan determinar hasta qué punto la investigación responde a las necesidades científicas de la Salud Pública
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