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Resumen de Ficción en la cuentística de Jorge Luis Borges

Andrea Benavídez

  • Resumen En este trabajo nos hemos propuesto estudiar el término ficción en la cuentística de Jorge Luis Borges. Para ello, realizamos un recorrido por tres vías: la primera, tuvo como objeto de estudio la indagación sobre la forma en el que la crítica literaria ha recurrido al concepto ficción cuando estudia la obra borgeana. En una segunda instancia, abordamos la obra de Borges en busca del modo en el que el autor argentino usa el campo semántico de ficción. También hemos considerado las diversas vertientes de la crítica literaria en las que la obra del autor argentino es considerada desde la perspectiva filosófica en tensión con el campo literario. Este planeamiento nos ha permitido aportar un corpus para profundizar en la obra escrita por el autor argentino.

    INTRODUCCIÓN GENERAL Trabajar sobre la obra de Jorge Luis Borges, a sabiendas de la cantidad de valiosos estudios que se han escrito sobre su obra, resulta una actitud difícil de comprender hasta para mí misma. Desde el punto de vista intelectual, y una vez tomada la decisión de abordar a un autor como Borges, nos dedicamos a la lectura general de su obra y de la crítica existente sobre ella. En principio, optamos por la lectura de artículos publicados en revistas especializadas, en los que advertimos que los investigadores abordaban la obra desde una amplia diversidad de enfoques. También observamos que el modo en que usaban el término ficción en sus escritos connotaba diversos significados que, incluso en algunas ocasiones, diferían entre sí. A continuación, seguimos indagando en los libros de autores reconocidos por sus estudios sobre la obra de Borges y finalmente nos preguntamos ¿cuál era el uso que el propio autor daba al término en cuestión? El proceso de trabajo con el que se encuentra una persona que se sumerge para elaborar una Tesis conlleva una dinámica interna que en la mayoría de los casos se compone de una diversidad de condicionamientos y posibilidades. En primer lugar, se encuentra el marco institucional que impone la Universidad como centro de condensación de saberes y los modos que se han establecido a través del tiempo como válidos para realizar los procedimientos. Otro aspecto muy particular es la época histórica en la cual se inscribe el tema que uno está dispuesto a estudiar. También cuentan las circunstancias de diversa índole que en lo personal, les ocurren al Doctorando y su Director y, desde luego, la relación entre Director y Doctorando reviste una condición de posibilidad que influye notablemente en el vínculo que se forma entre ambas personas.

    Desde el punto de vista formal, la escritura de Tesis Doctoral contiene un índice temático que, en el mejor de los casos, demuestra un recorrido metodológico. No obstante, el objeto teórico que se prefigura durante el estudio arroja un tipo de saber específico que demanda escalas y procedimientos para llegar a conformar un argumento y un todo coherente y cohesionado. Esta sería una de las posibilidades. Otra forma, es pensar en el cuerpo de la Tesis como un conjunto de estudios parciales sobre un tema específico; en este caso, evidentemente, pasará algo semejante, porque se conformarán diversos objetos de estudio alrededor del desarrollo.

    Finalmente, quien estudia para escribir una Tesis va descubriendo ciertas repeticiones en los aparatos críticos que evidencian una constancia en la preocupación del autor estudiado y en una temática en particular. También intervienen las diversas experiencias que el autor ha llevado a cabo en la forma de escribir un tipo de literatura especialmente auto-reflexiva, como es el caso de Jorge Luis Borges. La estructura de esta Tesis tiene como base la exploración y descripción de un panorama construido a partir de la consulta en buscadores especializados, consultas en bibliotecas de diferentes países, algunas con acceso personal y otras de acceso virtual. Asimismo, la consulta con algunos especialistas en la obra aporta claridad en el descubrimiento de la misma y, desde luego, es vital la consulta permanente con el Director.

    Miguel Morey, en la introducción a la obra Entre Filosofía y Literatura (1999) de Michel Foucault, se pregunta si la producción de este autor en el futuro estará ubicada entre los libros escritos por pensadores como Louis Althusser o Jacques Lacan, o si por el contrario le corresponderá un sitio entre las obras de Jorge Luis Borges y Georges Bataille. En nuestro presente histórico la misma incertidumbre plantea la obra de Borges. Podemos retóricamente preguntarnos: ¿en el futuro, la obra de Jorge Luis Borges será colocada en los anaqueles de filósofos junto al mismo Michael Foucault, Friedrich Nietzsche, Gilles Deleuze, o seguirá el canon ubicándolo en el área de la literatura junto a Franz Kafka o Alfonso Reyes? Las distintas vertientes de la crítica discrepan en nuestros días sobre el lugar donde es adecuado ubicar la obra borgeana, dándose discusiones a veces tan acertadas como inverosímiles, polémicas que, sin duda, la misma obra propicia con sus planteamientos y nudos problemáticos.

    Es posible advertir que la obra de Jorge Luis Borges transita y aproxima de forma notable los límites existentes entre el campo filosófico y el literario, lo que resulta una presuposición difícil de objetar. Su obra pone en cuestión ambos campos de saberes, no porque la narrativa borgeana leída estrictamente en un sentido literario genere esos problemas, sino porque es la misma obra la que nos invita a llevar adelante un juego de lectura que nos permite y, en ocasiones, nos obliga a ubicarnos en diferentes enfoques; conforme a los cuales surgen diferentes interrogantes y focos de análisis. También es la obra la que favorece diversos niveles de interpretación que hacen posible las múltiples lecturas que de ella se hacen, algunas de la cuales tensan la obra al punto de hablar sobre las matemáticas a partir de la narrativa borgeana, como lo hace Guillermo Martínez en su libro Borges y las matemáticas (2003).

    Por otra parte, el libro del filósofo español-venezolano Juan Nuño, La filosofía de Borges (1986), en una primera edición y después en una versión mejorada en 2005, abre una vía de lectura propicia por varias razones: en primer lugar el exilio de Nuño con sus consecuencias da al autor una perspectiva de análisis sobre los propios presupuestos europeos de indagación con los que este pensador contaba antes de viajar a América. En segundo lugar, la tradición en la que él se encontró antes y después del exilio, en un contexto cultural con intelectuales de la talla de José Ortega, José Gaos, María Zambrano o Juan David García-Baca, le proporcionó un amplio panorama tanto desde el punto de vista filosófico como desde el literario. Nuño estuvo ligado por diversas razones teóricas a este último autor a quien sucedió en la cátedra de Filosofía Antigua en Venezuela. En tercer término, Juan Nuño comparte la mirada escéptica con Borges, no sólo sobre las corrientes filosóficas sino también, y quizá sea éste el nudo de conexión más notable, sobre los límites del lenguaje. Este último punto resulta fundamental, ya que en él podríamos fijar los inicios de la discusión en la que hoy nos encontramos de lleno: ¿es la obra de Jorge Luis Borges filosófica, literaria, o en ella se dan ambas cosas a la vez?; o ¿podemos situar a Borges como uno de los pensadores del siglo XX? Estos son algunos de los interrogantes que aparecen desde el momento en el que nos acercamos a una obra compleja como lo es la del autor argentino.

    El principal defensor de una respuesta afirmativa a estas interrogaciones es Alfonso de Toro, quien trabaja desde un marco teórico centrado especialmente en el post-estructuralismo francés. Afirmar que la obra de Borges da lugar a problemas de orden filosófico dentro de la historia del pensamiento, puede ser algo difícil de refutar como argumento. Lo que resulta más problemático en este sentido es que, partiendo de dicha elucubración, se intente reubicar la obra literaria de Borges en los intersticios de la Filosofía Contemporánea como área de conocimiento, y creemos que este es un paso mucho más complejo.

    En este sentido, tenemos algunas reservas en nuestra apreciación sobre esta vertiente de análisis que con fuerza está abriéndose paso en los debates académicos, ya que pensamos que en principio se incurre en la inconveniencia de pedirle a la obra borgeana ciertos y determinados supuestos y métodos que de suyo no puede dar por más coherente y ajustada que haya sido la producción del autor argentino. Aunque dicha coherencia entre obra, autor y contexto general no deje de estar transida también por polémicas de varias clases; entre otras, la sospecha de oportunismo, los reproches políticos, la desconfianza por la formación y el saber que el autor argentino poseía, entre otros. Se corre el riesgo, pensamos, de exigirle a una obra literaria que argumente, dentro de un orden sistemático, una cantidad de ideas que sean susceptibles de ser soportadas como proyecto.

    Este pedido que, en general, se demanda a pensadores provenientes del ámbito filosófico, probablemente no encuentre una respuesta en la obra escrita por Borges, a pesar de que en ella puede ser determinado un corpus de ideas y de temas que es posible ver reaparecer con más o menos variaciones y frecuencias. Nos preguntamos si la obra debería responder a estos principios enunciados, y de hacerlo, cuáles serían las razones que fundamentaran tal acción. Un ejemplo de esto puede verse cuando Juan Arana, que defiende la existencia de contenidos filosóficos en la obra borgeana, considera que ¿el error de Borges ha sido pedir a la filosofía que hiciera su trabajo con materiales que él nunca habría aceptado ni como narrador ni como poeta¿ (1994: 15).

    Otro enfoque que podemos tener en cuenta es el de algunos especialistas que estiman que la filosofía contemporánea atraviesa un momento de a-sistematicidad (por lo menos aparente) y que en ese eje de consideraciones es posible realizar esta reubicación de la obra borgeana. También se argumenta desde estos enfoques que los problemas que la obra de Jorge Luis Borges generó con relación a los límites del lenguaje, en los supuestos de la escritura y el efecto reflexivo sobre los pensadores, son suficientes razones para llevar adelante la afirmación defendida, por ejemplo, por Alfonso de Toro. Aunque no creemos que estas ideas sean argumentos que puedan sostenerse, las tendremos en cuenta a lo largo del trabajo.

    Otra obra que resulta particularmente relevante en la vía de trabajo que estamos delineando es la de Manuel Asensi, Literatura y Filosofía (1995). En ella el autor analiza a la luz de estos dos campos de saberes algunas obras canónicas como lo son las de Platón, Aristóteles, Miguel de Cervantes, Gustave Flaubert y Paul Valéry, dentro de las cuales también incluye a Jorge Luis Borges, entre otros. En este mismo trabajo Asensi, en un apartado titulado ¿Otra vuelta de tuerca o la risa de Borges¿, interpela en clave de reconstrucción-de(con)trucción, los modos en los que puede ser leído Jorge Luis Borges. Para Manuel Asensi, los textos del autor argentino ¿hablan a dos voces (literaria y filosóficamente)¿ (1995: 16). A la vista de la pertinencia que tiene esta obra para nuestra investigación, avanzaremos en ella en el Capítulo V.

    Los núcleos de debates planteados en los párrafos anteriores conforman un mapa conceptual que dan a nuestras preocupaciones intelectuales elementos para elaborar marcos de referencias donde se insertan los temas que nos interesa reconsiderar en este trabajo. Uno de los aspectos que más nos preocupa es el de poder argumentar la inconveniencia que observamos en el proyecto cuyo fin es ubicar la obra de Jorge Luis Borges fuera de los límites literarios propios en los que creemos que ésta debe ser leída. No obstante, nos interesa indagar el modo en el que la obra es reformulada, cada vez más, dentro del intersticio difuso que existe entre filosofía y literatura.

    Otro tema central que ocupa este trabajo y que resulta complementario al anteriormente expuesto, es el análisis del concepto ficción dentro del contexto de la obra borgeana. Nos interesa reconsiderarlo a la luz de la obra narrativa creada por Jorge Luis Borges, incluyendo a los trabajos realizados por la crítica literaria entendida en un sentido amplio. Las razones que nos han llevado a este modo de indagación, tienen que ver con la ambigüedad con la que este concepto es usado.

    Por ello es que partimos de la siguiente hipótesis: es oportuno, pensamos, que cuando se hace referencia a la ficción en las producciones críticas sobre la obra borgeana se establezcan algunas consideraciones iniciales. Quizá con esta metodología de trabajo logremos desambiguar un sin número de vaguedades que se suscitan al respecto, no sólo debido a que la tradición filosófica y las teorías literarias han considerado el concepto como problemático, sino porque el rigor de los trabajos se ve afectado cuando se usa la palabra ficción en diversos sentidos semántico-pragmático dentro de un mismo texto.

    Creemos que citar a un autor que se haya ocupado del tema no es suficiente, o no lo es en el contexto de una obra cuyo corpus de suyo genera problemas semánticos tal cual ocurre en la obra de Borges. Como hemos señalado, en los imprecisos límites del lenguaje y en el amplio campo en el que el término ficción es comprendido.

    Esperamos poder ofrecer al final de este trabajo algunas claves sobre ficción en la cuentística de Jorge Luis Borges y tener entre manos tanto un panorama de los usos que el mismo recibe en las obras de crítica literaria provenientes de diversas vertientes, como también las heterogéneas teorías a las que podría acudirse para desambiguar las acepciones que se le asignan. Finalmente aportaremos un corpus detallado de los usos que el propio autor argentino confirió al término ficción dentro de su obra.

    OBJETIVOS Frente a las teorías que abordan la ficción desde una sola perspectiva, en este trabajo adoptaremos un enfoque semántico-pragmático. Tomaremos como corpus de análisis la obra narrativa, ya que consideramos que es en este género en el que la relación entre texto y lector alcanza un amplio vínculo comprometido con la ficción en sentido estricto, permitiendo así investigar y reflexionar sobre la relación que se establece entre literatura y filosofía con relación a la ficción. Aún así, tendremos en cuenta la obra borgeana en general para aclarar aspectos que sean necesarios, como también se tomará la Obra completa para el trabajo que se realizará en el Capítulo III y sus ¿Anexos¿.

    El corpus de trabajo estará constituido por las siguientes obras:

    Historia universal de la infamia (1935) Ficciones (1956, segunda edición aumentada) El Aleph (1952, segunda edición aumentada) El informe de Brodie (1970) El libro de arena (1975) La memoria de Shakespeare (1983) Establecer una metodología de trabajo es esencial para poder alcanzar los objetivos propuestos. Por tal motivo, y teniendo en cuenta la índole del desarrollo que haremos, queremos comentar que los procedimientos estarán sustentados en la investigación bibliográfica e interpretación de textos. Asimismo, tendremos en cuenta el análisis de discurso cuando nos ocupemos de teorías de crítica literaria. Esta táctica se articulará simultáneamente con diversas bibliografías existentes referidas a ficción y a la obra de Jorge Luis Borges, y procederemos con una modalidad de trabajo centrada en el modelo descriptivo y explicativo.

    En una primera instancia, analizaremos los modos y usos que los diferentes sectores de la crítica han dado al campo semántico de ficción. En segundo término, analizaremos las vertientes más representativas que han tomado al concepto ficción como problema y que han servido como marcos teóricos a partir de los cuales se analiza la obra borgeana. Seguidamente, procederemos a describir y analizar el mismo concepto en la propia obra de Jorge Luis Borges.

    Parte del desarrollo de este análisis abarcará las diversas significaciones que el término ficción ha tenido en las teorías, tanto desde un punto de vista diacrónico como sincrónico. A su vez, pondremos en contexto el problema que presenta el término que nos ocupa en las áreas comprendidas entre filosofía y literatura; confiamos en que estas vías de análisis nos permitan trazar las perspectivas en las que ambas disciplinas se conectan entre sí. Será necesario asimismo un acercamiento a las teorías sobre la recepción de la literatura como objeto de arte, el efecto de lectura y la interpretación en los textos de ficción.

    Abordaremos la obra de Jorge Luis Borges, cuyas condiciones de posibilidad serán precisadas oportunamente en busca de los modos en los que el autor ha usado y apelado al término ficción. Para realizar esta tarea, conformaremos un corpus especial de la obra del autor argentino que nos permita avanzar con esos fines.

    El tramo final de esta investigación estará centrado en la aplicación del entramado descriptivo-explicativo a la última etapa de la creación borgeana. Los cuentos contenidos en La memoria de Shakespeare constituirán el objeto de análisis sobre el cual aplicaremos el recorrido teórico previamente abordado durante nuestro estudio. Sumaremos al desarrollo de esta Tesis una última sección analítica en la que retomaremos muchos de los problemas y temáticas con los que nos hemos encontrado durante su abordaje.

    El objetivo de nuestro trabajo es, en definitiva, analizar, y en la medida de lo posible esclarecer el campo conceptual que nos ocupa: filosofía, literatura y ficción en la obra narrativa de Jorge Luis Borges.


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