La contaminación metálica de los suelos puede producir fenómenos de fitotoxicidad, afectar al medio ambiente, y repercutir en la salud humana a través de la acumulación en la cadena trófica. Se han realizado distintos tipos de experimentos, de muestreo de suelos, cultivo de plantas con adición de Cd y Pb en hidropónico y en sustrato sólido en macetas, y una experiencia en campo con adición de Cd y Pb a árboles adultos.
En los suelos de agricultura intensiva muestreados en Málaga y Granada los niveles de metales (Cd, Pb, As, Hg, Fe, Mn, Zn y Cu) no son preocupantes a corto plazo, existiendo aún un margen de seguridad razonable. Los experimentos en hidropónico se han realizado con fresa, tomate, aguacate, chirimoyo y citrange carrizo, siendo los efectos inducidos por el Cd mucho más acusados que los de Pb. Entre las concentración más altas alcanzadas en parte aérea, destaca la de Cd en tomate y la de Pb en fresa y tomate. En frutos las concentraciones fueron mucho más bajas que hojas. Entre los efectos provocados por el Cd en hidropónico destacan la reducción de crecimiento y la clorosis en hojas apicales en tomate y citrange, la epinastia en chirimoyo y aguacate, y la necrosis en raíz de chirimoyo. En los experimentos en sustrato sólido las concentraciones de Cd y Pb en parte aérea de las plantas han sido menores que en hidropónico. En la experiencia en campo se han añadido cantidades elevadas de Cd y Pb en el agua de riego a árboles adultos de aguacate, naranjo y chirimoyo. La especie más afectada en la experiencia en campo ha sido aguacate, con reducción de crecimiento, clorosis y acumulación en fruto, aunque en este último caso con niveles inferiores a lo admisible.
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