La calidad se considera como el eje central de la competitividad empresarial, de ahí la importancia de la aplicación de la política de la calidad total. En el estudio de esta variable, se destaca la importancia de la calidad como coste, con el fin de considerarla como un coste más añadido al resto de los costes soportados por la empresa. Una vez realizado su estudio, y distinguiendo entre costes fijos y variables, se modifica el punto de equilibrio empresarial, como consecuencia de la implicación de la calidad tanto en los costes como en los ingresos empresariales. Al mismo tiempo, se necesita obtener el punto optimo del coste de calidad, de manera que el punto de equilibrio empresarial en una situacion competitiva se determina donde coincide el punto óptimo y el p. E. Empresa.
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