Para estudiar los efectos de los Incendios Forestales sobre la materia orgánica del suelo se pusieron a punto dos técnicas calorimétricas, la Calorimetría Diferencial de Barrido (DSC) y la Termogravimetría (TGA). Con ambas técnicas se determinó la pérdida de materia orgánica sufrida por ocho suelos gallegos, Cambisoles Húmicos sobre granito, con vegetación de pinar, como consecuencia de los incendios forestales.
Se observó que los termogramas presentan tres picos, el primero, endotérmico, entre 50 grados C. y 150 grados C., debido a la deshidratación del suelo y a la pérdida de las sustancias más volátiles, el segundo, exotérmico, entre 200 grados C. y 575 grados C. que se debe a la combustión de la materia orgánica del suelo y el tercero, endotérmico a 575 grados C., y muy pequeño que se debe cambios estructurales en el cuarzo, presente en la fracción arena del suelo.
Se determinó por primera vez, la termperatura de ignición de los distintos suelos, usando la calorimetría diferencial de barrido. Se observó que en los suelos no quemados la temperatura de ignición toma valores alrededor de 230 grados C., y en los suelos quemados entre 231 grados C. y 323 grados C.
Se determinó, por primera vez, las entalpías de combustión de la materia orgánica de los suelos quemados y no quemados utilizando el calorímetro diferencial de barrido.
Se determinó, por primera vez, la temperatura máxima alcanzada por los suelos durante el quemado, que es un indicativo de la intensidad del incendio. Para ello se diseñó un método basado en la variación de distintas propiedades físicas durante el quemado en el laboratorio.
Se obtuvo que las temperaturas máximas variaron entre 176 grados C. y 418 grados C., encontrándose que los menores valores corresponden a los suelos que sufrieron una menor pérdida de materia orgánica durante el incendio y los mayores valores a los que perdieron más materia orgánica
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