Se ha estudiado durante tres años la respuesta agronomica de un cultivo de cebada cercecera (Hordeum vulgare L.) var. Beka en regadio a diferentes dosis de siembra y de fertilización nitrogenada. Se ha constatado la mayor fiabilidad de la medida del ciclo vegetativo de la cebada en función de las unidades térmicas (UT) que la duración en días. Con independencia de la fecha de siembra, la cebada acumuló unas 150 UT en la madurez fisiologica y en torno a 1800 UT en la madurez comercial. En general, no se observaron grandes diferencias en cuanto a la proporción de UT que cada año se dedicó a las distintas fases. Medido desde la siembra, alcanzar el inicio del encañado supuso siempre un 30-35% de las UT totales, en torno al 50% para el espigado y alrededor del 82% para la madurez fisiológica.
El ensayo de dosis de siembra se diseñó en bloques al azar, con los y tratamientos 100,125,150,175 y 200 kg semilla ha-1,(260,330,395,460 y 525 semillas m-2), y el de fertilizacion nitrogenada en parcelas subdivididas (split-plot), con la dosis de N como factor principal (0,100,150 y 200 kg N ha-1) y su fraccioinamiento entre fondo y cobertera en ahijado como factor secundario (100%, 66%,33% y 0% en fondo y el resto en cobertera).
Las condiciones climáticas específicas de cada campaña han tenido un efecto muy marcado sobre el rendimiento y la calidad maltera de la cebada, siendo el efecto del año sobre el contenido proteico del grano (CPG) incluso más fuerte que el que produce el abonado nitrogenado.
El rendimiento de grao estuvo condicionado fundamentalmente por el nº espigas m2. El estudio mediante coeficientes de sendero señala a este parámetro como el principal responsable de las variaciones de rendimiento de la cebada en estos experimentos. No se ha encontrado correlación inversa entre cosecha de grano y CPG.
El cultivo compensó los efectos derivados de las disintas densidades de siembra, no encontrádose diferencias s
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados