En una sociedad cada vez más preocupada por el efecto de sus propias acciones sobre el planeta, la Arqueología está centrando su atención en las relaciones entre los grupos humanos y el medio físico y en la huella que esta interacción ha dejado en el medio ambiente. Por otra parte, los restos arqueológicos han sido considerados legalmente como Patrimonio de la sociedad, con independencia de su monumentalidad o características estéticas, y es la sociedad a través de sus instituciones la que define los criterios para su gestión. En la actualidad, el desencuentro entre los objetivos de preservación del Patrimonio Arqueológico y las dinámicas territoriales supone una importante amenaza para su integridad pero también nuevas posibilidades de uso y disfrute.
La ampliación del objeto de estuido arqueológico hacia áreas cada vez más extensas y la aceleración de los procesos de intervención en el territorio hacen muy difícil conjugar las expectativas de quienes entienden que la conservación del Patrimonio es una garantía de crecimiento sostenido en el tiempo, y de quienes asocian el desarrollo económico a complejas actuaciones territoriales que tienen en la mejora de las infraestructuras y en la expansión inmobiliaria su principal fundamento. Lejos de un modelo de desarrollo que se revela insostenible y del conservadurismo a ultranza, la única salida válida parece situarse en la planificación territorial y la conservación de los recursos naturales y culturales.
En esta tesis se analiza la integración de la variable arqueológica en el planeamiento territorial integral, los principales desarrollos metodológicos de la Arqueología que pueden ser aplicados en este ámbito de trabajo para concluir con la definición de estrategias de gestión para la planificación territorial del Patrimonio Arqueológico.
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