Esta tesis doctoral, que lleva por título Poder, simbología y representación en la Baja Edad Media: el ajuar en la corte de Carlos III de Navarra (1387-1425), se centra en los modos de vida de la corte regia en el período de su mayor esplendor, que se sitúa en el tránsito del siglo XIV al XV. Para ello cobra un especial relieve lo que podemos englobar bajo la etiqueta de “ajuar”, entendiendo aquí por tal, todo el conjunto de objetos y manifestaciones vinculados a la vida cortesana (tejidos, pieles, ropas, calzado, joyas, piezas de vajilla, armas, etc.). El estudio del ajuar de la corte del rey Carlos III -que desde finales del siglo XIV y hasta el primer tercio del siglo XV alcanzó un esplendor hasta entonces inusitado- se sustenta primordialmente sobre la cuantiosa y rica documentación real conservada en la “Sección de Comptos” del Archivo Real y General de Navarra, situado en Pamplona, y que permite el análisis de estos aspectos de la corte. El análisis de las compras que se realizan diariamente en las fuentes documentales nos permite conocer el día a día de la familia real y de la corte, en qué tejidos y colores confeccionaban las ropas que vestían, cómo eran esas prendas, las joyas que lucían, las pieles, la ropa de casa, la vajilla que utilizaban en la mesa, etc., y sobre todo en qué ocasiones –coronaciones, funerales, bodas, bautizos, encuentros diplomáticos, etc.,- y con qué finalidad las lucían. Estos son los mimbres de este estudio; sobre ese cañamazo se ha trabajado. Una parte descriptiva y de análisis cuantitativo extenso es imprescindible, por tanto, y configura una parte esencial de la tesis que corresponde a su primera parte. Pero, a pesar de la importancia que esto tiene y de la riqueza de la información extraída y tratada, todo este conjunto no es un fin en sí mismo, sino un medio. Todo ese ajuar, tanto textil como de materiales preciosos, implica unas formas de vida, unos usos y costumbres de las capas elevadas de la sociedad, y una forma de representar el poder –en este caso regio y del entorno real- ante sus súbditos y los reinos vecinos. Es decir, implica una escenografía, y un ceremonial. Finalmente, se intenta articular todo este corpus documental que compone el ajuar, tanto en lo cuantitativo y descriptivo como en lo simbólico. El conjunto resulta imprescindible para comprender el discurso de la representación, la simbología y los ceremoniales desarrollados por la corte navarra, apoyado todo ello por las representaciones iconográficas y piezas que se han conservado. Desde su llegada al trono navarro, el rey se rodea de signos y ocasiones cotidianas de expresión de esa majestad, que se irán desarrollando en los espacios que construirá o mejorará para ello, la catedral y el palacio de Olite, entre otros. El escenario y su decorado, la puesta en escena y los gestos de los protagonistas envuelven la vida cortesana, al igual que ocurre en los grandes centros de poder soberano del momento.
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