La modernidad arquitectónica trajo consigo una serie de consecuencias en la manera en la que la disciplina trabajaba las variables arquitectónicas. Quizás la más fundamental fuese la disolución de los diferentes sistemas que componen la propia arquitectura. Este hecho va a acompañar la aparición de nuevos paradigmas que van a ser perseguidos por los arquitectos a partir de entonces. Uno de ellos es la posibilidad de transformar las relaciones entre el espacio interior y exterior. La casa va a ser el campo de trabajo y experimentación por excelencia a lo largo del siglo XX, y en ella van a verse reflejadas muchas de estas inquietudes. Este trabajo recoge los planteamientos teóricos que dieron soporte al paradigma de la disolución del límite del espacio para ponerlos en relación con los mecanismos constructivos y visuales que permitieron alcanzar las metas buscadas. Para ello se parte del estudio de la vivienda moderna en tres de los grandes maestros de la primera mitad del siglo XX: Frank Lloyd Wright, Le Corbusier y Mies van der Rohe. Posteriormente se enlaza con la arquitectura portuguesa, para poder estudiar la permanencia y la evolución de los principios y de los mecanismos del oficio en la arquitectura doméstica del Norte de Portugal en la segunda mitad del siglo XX, centrándose en la obra de los arquitectos Fernando Távora, Álvaro Siza, Eduardo Souto de Moura y João Álvaro Rocha.
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