Ante un futuro incierto con una crisis económica, laboral y educativa de hondo calado como la actual, emerge cada vez con más fuerza la necesidad de crear las condiciones necesarias para construir una sociedad más emprendedora. Este cambio de orientación, se refleja en la normativa europea y estatal que avalan la potenciación de la cultura emprendedora, y el trabajo transdisciplinar como referente de calidad que deben ser valorados en los procesos de cambio a implementar en la Universidad. La decisión de profundizar en estas cuestiones marca esta tesis doctoral, cuyo objetivo general es conocer la percepción de los estudiantes de los centros universitarios de la rama de conocimiento de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad de Oviedo , sobre diferentes dimensiones asociadas a la Educación Emprendedora como base para el desarrollo de metodologías interdisciplinares. El estudio se divide en cuatro fases: Inicial de exploración; Intermedia de fundamentación; Intermedia de aplicación y final de elaboración, discusión, conclusiones y propuestas de futuro. Esto nos permitió articular un proceso de investigación que, en su marco teórico, se inicia con el análisis de la cultura emprendedora en la Sociedad Global, en los ámbitos de la Economía y la Educación para centrarnos, posteriormente, en el fomento de la cultura emprendedora en la Universidad de Oviedo, así como la gestión del conocimiento de las Instituciones de Educación Superior para que aprendan a emprender. El diseño de la investigación se estructuró para dar respuesta al objetivo general, a los objetivos específicos y a las hipótesis formuladas. Se construyó un instrumento (cuestionario) que fue aplicado a una muestra representativa formada por 1.383 estudiantes de la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas. Los resultados establecieron dos tendencias, por un lado, los estudiantes que asocian la educación emprendedora con la formación de gestión y creación de empresas y, por otro lado, aquellos estudiantes que la vinculan a la formación personal y, principalmente, con la creatividad, el estímulo de la capacidad de iniciativa y el desarrollo de la capacidad de innovación. Los estudiantes, en función del centro donde cursen sus estudios, consideran que la formación universitaria les proporciona habilidades emprendedoras diferentes. Entre otras conclusiones se destaca la necesidad de promover iniciativas emprendedoras globales, donde los centros universitarios se impliquen, convirtiéndolas en un ejer transversal clave que incida en las metodologías docentes. En este sentido, se presentan un conjunto de recomendaciones institucionales. El fomento de la educación emprendedora implicará una mayor sistematización en el desarrollo de las competencias transversales de los títulos de Grado y, también, en la diversificación de opciones de inserción sociolaboral de nuestros estudiantes y futuros egresados
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