Pedro Rafael Blanco Gómez
El objeto de la tesis es el estudio de la techumbre gótico-mudéjar de la iglesia de San Antonio Abad de Valencia, situada en la calle Sagunto 188 de la ciudad de Valencia. La profundización en el edificio y en las persistencias de la techumbre, estudiando las características de los materiales constructivos y las técnicas de ejecución, determinando cuál ha sido su evolución, comportamiento y los principales factores de alteración del conjunto. Así como la divulgación de este patrimonio casi desconocido para su puesta en valor. En el entorno de las murallas medievales que protegían la ciudad de Valencia se levantaban alquerías dispersas y caseríos con sus pequeñas iglesias. La Cofradía Hospitalaria de San Antonio Abad era una Orden religiosa, dedicada al cuidado de los enfermos, fue instituida en Mota, cerca de Vienne del Delfinado, en 1095, por Gastón, noble delfinés. En 1228 fue autorizada la orden por el Papa Honorio III, dándole Bonifacio III la regla de San Agustín, llevando por distintivo la “Tau” o cruz de San Antonio. Se desconoce la fecha de la llegada de estos religiosos al Reino de Valencia. En 1238, Jaime I se apodera de la ciudad de Valencia, constituyendo geográficamente el nuevo reino en 1245. En 1333 adquirieron por compra, unas tierras en el camino de Murviedro, en el caserío dels Orriols. Esta tesis determina que el hospital gótico comenzó a construirse en 1409, que las obras se acabaron en 1446, siendo virreina de Valencia María de Castilla y rey de la Corona de Aragón Alfonso V el Magnánimo, apareciendo sus escudos de armas en la policromía de la techumbre. Ante la unificación hospitalaria que pretendían els Jurats de la Ciutat de València los antonianos lo habilitaron como iglesia para atender a els Orriols en el último cuarto del siglo XV. El primitivo hospital y su posterior transformación en Iglesia gótica original era de una sola nave de arcos diafragma apuntados y techumbre de madera policromada de clara factura mudéjar. Entre los años 1765 y 1768 se realizó el enmascaramiento de las estructuras medievales en estilo neoclásico, como ocurrió en casi todas las viejas iglesias de Valencia, incluida la Catedral. Siendo un prodigio de habilidad técnica el que se consiguiesen adaptar ambas construcciones tan admirablemente, y manteniendo la misma cubierta hasta 1987. Para poder conseguir los objetivos generales es preciso fijar objetivos específicos que nos lleven al fin previsto. Para fijarlos se ha seguido la técnica denominada de mapas conceptuales, de tal forma que podamos dar representación gráfica al conocimiento que se tiene, y partir de ahí incluso deducir el que se desconoce o busca, estableciendo las relaciones (proposiciones) entre los conceptos mediante conectores. De esta manera los objetivos se estructuran a modo de red relacionándose entre sí mediante principios ordenados jerárquica y secuencialmente. Proporcionando una síntesis apropiada que abarca prácticamente todos los aspectos que se precisan para dar la información, y en otros casos facilitar la exposición o escritura del texto. El primer objetivo ha sido profundizar en la historia arquitectónica de la techumbre desde su construcción hasta nuestros días, deduciendo de las características de los elementos constructivos las técnicas de ejecución de obra. El segundo objetivo era el análisis tipológico de las piezas que forman la estructura de la armadura de la techumbre, llegando a una síntesis o composición de un todo que permita reflexionar sobra la propuesta de montaje en obra de la armadura. Llegando después a una conceptualización que permita la comparación con otros edificios o estructuras afines. El tercer objetivo es conseguir el mayor conocimiento científico (epistemológico) desde la exposición del marco histórico, geográfico, social, artístico y otros, en el que se genera el gótico-mudéjar de San Antón. Además de exponer el punto de vista de los estudiosos de la arquitectura mudéjar. El objetivo cuarto es determinar si a la luz de la moderna Teoría de Sistemas y de la Información, las pervivencias o persistencias de este edificio nos dan una nueva visión de la realidad de arquitectónica y constructiva de la mitad del siglo XV siglo de oro de la cultura valenciana. Metodología de la Investigación En resumen podríamos decir que la metodología seguida durante la investigación se puede dividir en siete procedimientos: I. Para el análisis estructural de la techumbre y comprensión técnica de los restos, se procedió a utilizar las técnicas de levantamiento y toma de datos in situ habituales en obras, arqueología aplicada a la arquitectura y a la rehabilitación, flexómetro, metro de carpintero, medidor laser, calibrador o pie de rey, cepillos, linternas, espejos sobre palo extensible, fotografía digital, y un largo etcétera conocidos sobradamente en la profesión. II. Para la investigación documental y gráfica de proyectos de intervención y restos depositados, se procedió a acudir a los centros públicos donde se encontraban y solicitar su consulta y copia por el medio que autorizasen. III. Para la investigación documental en universidades y archivos se procedió a la búsqueda en las bases de datos accesibles por Internet, de tal manera que a veces se podía obtener el artículo o documento y en otras hubo que acudir al centro depositario del texto para su consulta, aquí fue muy útil Dialnet, sus referencias y enlaces. IV. Las librerías especializadas fueron de gran ayuda, así los libreros de Paris-Valencia obtuvieron tomos agotados como los de la doctora Pacios. V. El resto de documentación se obtuvo en búsquedas en la red, Dialnet, Google Académico y búsquedas puras en diversos buscadores. VI. Los análisis químicos y cristalográficos se realizaron en el ICRBC de la Generalitat, en la IVC+R de la Generalitat Valenciana, en la UPV y Taller D’Art y Restauració. VII. Para el estado de la armadura por lesiones, conservación de la madera y del estado de las policromías la toma ha sido meramente de ensayo organoléptico. Además de los datos de la intervención sobre la policromía de 1998 que se disponían. Además veíamos la techumbre como un sistema capaz de transmitir información de ella misma, de su entorno y de la sociedad en que se realizó. Para poder concretar qué era y qué representaba la techumbre, nos planteamos una serie de objetivos que esperamos haber cumplido. Pero aunque en los distintos apartados hayamos respondido correctamente e incluso críticamente, nos queda responder a una serie de objetivos emergentes de los principales, fruto de que la realidad es un todo distinto de la suma de sus partes. Y que precisamente pueden responder al enunciado de este capítulo. La sistematización de todas las piezas y sus ensamblajes, así como de las pinturas, de tal manera que quedase definida en su singularidad dentro del conjunto, ha establecido una relación entre las partes que nos ayuda a determinar el modo constructivo como transmisor de información cuantificable y calificable. Este tipo de techumbre, desde un punto de vista de su forma, presenta una causalidad circular, lo que le hace tipológicamente dependiente, aunque única en su singularidad. Nos ha parecido posible de definir la edificación, formalmente de arcos diafragma con techumbre de madera, como un todo orgánico de elementos inorgánicos realizado en un sistema complejo, y no solamente como decía mi viejo profesor Julián Magro que solían hacerlo los historiadores de la arquitectura con este tipo de construcciones en interpretación de clave estructuralista (clave romántica de Violet y positivista de Choisy), o en clave funcionalista (Foncillon), visibilismo (Rïegl), o la interpretación espacial de Zevi y Aubert, que aunque resuelven los problemas de la metodología crítica constatando los elementos formales, no entran en el análisis de las causas. Sin olvidar las relaciones y determinando el complejo modelo en que se desarrolla, no viendo solamente la techumbre como una forma menor o residual de la carpintería de lo blanco como hace Nuere, olvidando que puede ocurrir que sean precisamente estas las techumbres la mínima unidad de información (meme) capaz de generar las grandes obras, de tal manera que aquí lo complejo -bosque de sofisticados cartabones- no deja de ver la piedra angular generadora del sistema. Es decir ofrecer una definición del sistema constructivo que produce una arquitectura característica de una sociedad compleja, donde una parte está en expansión y la otra en retroceso, aunque ambas se necesitan y precisan de entenderse. Llegados aquí conviene recordar que el dominio cristiano ejercido sobre un medio musulmán originó el mudejarismo, tanto en los aspectos artísticos como técnicos; recordemos que las culturas orientales no distinguen entre arte y técnica, por lo que el trabajo de los mudéjares llevaba siempre implícita la ejecución de una obra de naturaleza artística hispano-musulmana. Cuando empezamos a sumar las partes del sistema de construcción estudiado en San Antón, llegamos a la conclusión de que la adscripción a una cultura, la gótica como iglesia de reconquista era clara, pero con una proyección en la techumbre de naturaleza diferente. El juego de ménsulas del almizate es al mismo tiempo un alfarje y un alero, y nos recuerda formalmente a una cubierta de par y nudillo, los faldones no presentan pares del tipo de cubierta de par y nudillo, las leyendas de las tabicas en correcto latín con letras góticas recuerdan un friso musulmán, y así sucesivamente. La conclusión es que se produce una yuxtaposición en primera instancia, pero rápidamente se produce una simbiosis, es decir, esa asociación de individuos en las que todos sacan provecho en común. De todas formas sea por origen de Roma o en el Oriente Medio, por síntesis anteriores o del primer milenio en el norte de África o norte de Europa, el hecho es que se ha producido un sistema constructivo, que adquiere la categoría de variación artística dentro gótico europeo. Nuestra techumbre, dentro de un contenedor de arcos diafragma góticos se construyó para una orden religiosa mendicante con fines hospitalarios, y recurrió a un sistema constructivo que le permitiese cumplir el objeto de su misión para mayor gloria de su Dios. Como hemos visto este sistema es el más práctico posible dadas las circunstancias económicas y sociales del momento. El hecho de que después nos planteemos si es arte, una corriente estética o estilística, o su mismo origen, no cambia más que la realidad actual en cuanto a su valor histórico y artístico. De facto lo que realmente importa es que es una pieza única, fruto de una práctica constructiva elegida por su valor extrínseco para resolver una necesidad, y que ha adquirido un valor intrínseco por su pervivencia. Conclusiones I. Sobre la denominación y los orígenes Que consideramos tras los estudios realizados y aquí expuestos, que el origen conocido de esta arquitectura de naves cubiertas con estructura de madera sobre arcos diafragma, está al menos en Roma, como demuestran los autores tratados. Que el término que se debe utilizar para este tipo de edificaciones es gótico-mudéjar, pues la comunicación que se produjo entre cristianos y musulmanes en la Baja Edad Media provocó una yuxtaposición de praxis que acabó en un sincretismo formal y material. II. Sobre la consideración de sistema Que debemos interpretar estas arquitecturas como un sistema constructivo propio que evoluciona con su entorno y en el que se inspira. No pudiendo ser denominado o catalogado, como se hace erróneamente, de parhilera o par y nudillo, ya que aunque tenga hilera no tiene pares en su función constructiva, y aunque tenga almizate no tiene nudillo. Es un sistema que evoluciona desde la tradicional cubierta a la molinera, cuando el muro se convierte en una a dos aguas en un arco perpiaño. El conjunto es un techo angular que se resuelve con las técnicas que la carpintería de armar venía utilizando para los alfarjes en la tipología inicialmente desarrollada, pero que en la techumbre de San Antón, se configura formalmente con un terminación a modo de almizate que tapa la hilera. III. Sobre la datación de la edificación Tras la investigación documental interpretada con criterios de causalidad, la heráldica, la sigilografía y la iconográfica, nos atrevemos a datar el comienzo de la obras en 1409, tras el Cabildo celebrado por los Canónigos regulares de San Antón en 1408. Y su terminación después de la segunda cuestación de 1444, la primera fue en 1440, y seguro que antes de 1958 fecha de la defunción de la reina María esposa del Alfonso V el Magnánimo. Las razones que lo confirman son que los escudos que aparecen en las correas y frisos, que habían sido atribuidos a los reyes católicos, con el estudio de los sellos que utilizaba la reina María de Castilla, los escudos de su sepulcro y la documentación obtenida podemos afirmar, sin ningún tipo de duda, que son su escudo nobiliario. Perteneciendo el cuatribarrado a la Señal del rey. Como la cubierta es el último elemento constructivo de un edificio, podemos datar la techumbre construida entre 1445 y 1446. IV. Sobre la naturaleza de la edificación Que durante la investigación surgieron dudas sobre si la construcción inicial era una iglesia, hoy podemos estimar que se construyó inicialmente como el hospital de la orden en Valencia. Hay una razón que a veces se nos olvida: que el edificio es fruto de una voluntad. Los antonianos son una congregación cuyo objetivo es atender a los enfermos del fuego sacro, por lo tanto la construcción principal de su convento debe ser el Hospital. La otra es que según los tratadistas el sistema constructivo tiene validez para cualquier edificio comunitario. Que es un hospital se concreta por la presencia de una de edificación que todavía persiste en su volumen, la actual sacristía. Presenta fábrica de piedra y un espesor de muros desmesurado, unas dimensiones importantes (similares a la actual capilla de Godella), y tiene adosado un campanario de sillares de piedra como corresponde a iglesias de esta época. Por lo tanto aquí estaba la iglesia y no hacía falta otra. La puerta que descubrimos de sillares de piedra en el acceso a la nave por la calle Sagunto, responde a unos materiales y a una disposición de muro de fachada. Pero sus características de adintelada y arco escarzano con derrames en sus jambas para abrir grandes puertas, sugiere el acceso de carros, además no es habitual en las iglesias de la Baja Edad Media. Constatado esto hechos, y el de que los dibujos que hacíamos nos demostraban que no había capillas laterales, empezamos un estudio paralelo sobre los hospitales medievales valencianos, y tras el mismo descubrimos que el camino de Morvedre respondía a un eje hospitalario formado por tres hospitales En Clapers, la leprosería de San Lázaro y el hospital de San Antonio Abad. Analizados los restos existentes, constatada la realidad hospitalaria de la época, y teniendo en cuenta la misión de los antonianos en la vida, consideramos el recinto inicialmente construido por los Canónigos regulares de San Antonio Abad en Valencia, y que se conocía como iglesia gótica de San Antón, era el hospital de la orden en Valencia. Consideramos que la cuestación de 1467, totalmente extemporánea, solamente puede responder a que los antonianos eran conscientes de que se estaba produciendo un aglutinamiento hospitalario en Valencia promovido por els Jurats de la Ciudad, que unido a la disminución de enfermos de fuego sacro por al mejoras de las harinas, iba a provocar su absorción en el Hospital General, por lo que transformaron su nave hospitalaria en iglesia dels Orriols. Los Canónigos regulares de San Antonio Abad celebraron cabildo en octubre de 1470, y aunque no se dispone de las actas nos atrevemos a decir que la transformación estaba hecha. V. Sobre los ensayos realizados y la técnica de aplicación de la policromía Con los mismos queda acreditada la procedencia de la piedra de la cantera de Godella-Rocafort. Que los morteros utilizados son de cal aérea, con baja dosificación en áridos, es decir, un revestimiento. Que la madera corresponde a una conífera, probablemente pino larício, traído a Valencia por la vía fluvial del Turia desde las Sierras de Espadán o Teruel. Que la capa de policromía está aplicada al temple siendo la base sulfatos de yeso. Los pigmentos en general son silicatos hidratados de hierro y tetra óxido de plomo, el negro se determina como negro de humo. El aglutinante es yema de huevo o cola orgánica de huesos. El mortero sobre el tablazón para recibir la tejas se demuestra que es un revestimiento continuo, realizado con cal (61%), yeso (33%), áridos (6%) y con un contenido de arcillas en cal del 7%, lo que nos da un mortero bastardo de fijación o recubrimiento, que las arcillas hacen bastante hidráulico y que la proporción de yeso, aparte de acelerar el fraguado, consigue evitar la retracción de la madera. VI. Sobre el análisis constructivo Que se ofrece un levantamiento gráfico lo suficientemente consistente para poder entender las fábricas originales y la carpintería de la techumbre, desde el elemento más grande hasta el más pequeño. El mismo levantamiento gráfico se ha conseguido con el estado actual de la iglesia neoclásica, aunque no era un objetivo inicial, pero se demostró necesario para el correcto análisis del edificio y el convento en su conjunto. Sin esas herramienta nos se hubiesen podido extraer conclusiones, realizar las hipótesis debidas y resolver los problemas de interpretación histórica. Se ha determinado por primera vez la sección del arco transversal, su trazado y se ha dibujado su impronta oculta por el revestimiento. La localización de los muros laterales entre arcos ha sido ratificada por el descubrimiento de un óculo cegado de la primitiva nave, lo que permite asegurar por mera proyección vertical la inexistencia de capillas laterales, cosa lógica en un hospital. Toda la información permite determinar que la fachada a la iglesia recaía a la calle Sagunto, desde la cual partía una primera crujía cubierta con la actual techumbre, dos crujías más, y probablemente una cuarta hasta la cabeza de la iglesia, que sería otro muro piñón. Esta hipótesis se basa en que las tipologías estudiadas en planta, sobre todo las recogidas en la tesis de Arturo Zaragozá, que indican esta solución. Ha quedado determinado claramente que no existen cuatro arcos diafragma, son tres, el cuarto arco es de medio punto a sardinel de ladrillo valenciano de pie y medio, y se realizó para poder abrir el coro en el siglo XVIII, desmontado la parte superior del testero desde el solado del coro. Que la carpintería de la techumbre se arma con engargolado de tabicas y frisos, caja y espiga en modillones y clavazón de todos los elementos (ataujerada). Que si se puede denominar la construcción como gótica apiñonada a dos aguas, de una nave con testeros y tres arcos diafragma, sobre los que apoyan carreras de una techumbre policromada mudéjar, en que la hilera o cumbrera se ha cubierto con dos cuerpos de ménsulas, el inferior del tipo modillón y el superior del tipo canecillo de proa, cerrando un tablero a modo de almizate. Que en toda la documentación recogida, sean libros, fotos o en la red, hemos notado que cuando las techumbres de estas características presentan la hilera vista, las carreras suelen tener un canecillo o modillón inferior para su apoyo, mientras que en las que presentan almizate con una o dos series de ménsulas las carreras no los tienen. VII. Sobre lexicografía a utilizar en estos estudios Los tratados, los libros de construcción y los diccionarios son hijos de su tiempo. Una de las dificultades mayores al principio de esta investigación fue la disparidad de términos para referirse a la construcción en general, y no digamos para un elemento o pieza. Los historiadores y los arquitectos deberían de ponerse de acuerdo en sistematizar los términos, a emplear, pues la RAE no lo hace. Si a esto unimos que nuestra tipología constructiva desapareció con el Renacimiento, la única referencia posible que quedaba era López de Arenas y alguno más. Se estudiaron más de una docena de posibilidades bibliográficas, procurando representar a diversa épocas y disciplinas de la Bellas Artes, al final se determinó un glosario que es el utilizado. Sabemos que algún término puede ser discutido, pero esperamos que pueda ser nuestra aportación, un andamiaje para el futuro. Otro tema muy importante es la denominación de alfarje y artesonado. Nuestros estudios están con la corriente que considera la tipología estudiada por su esencia como un alfarje angular, pero hemos renunciado a esta denominación por preferir atender a la forma de techo que condiciona el uso, además de que la tradición también lo recomendaba. En cuanto a denominarlo artesón no se debe utilizar, pues no corresponde a la esencia ni a la forma de nuestro sistema constructivo, son estructuras de origen italiano traídos a finales del XV, como ocurre con los alfarjes son forjados de techo, son de estructura reticular en vez de unidireccional, y carecen de la policromía mudéjar que presentan las techumbre sobre arcos diafragma. VIII. Sobre iconografía de la policromía Podemos aportar una serie de conclusiones aparecidas en el transcurso de la investigación. A las explicadas y demostradas sobre los escudos de las cofradías y gremios, la identificación de los de Herreros, Carreteros e Hilanderos, añadimos lo importante que ha sido para la datación del edificio, la interpretación de las armas de doña María de Castilla tras su boda con Alfonso V de Aragón. También tenemos constancia de que la flor de lis es el símbolo de la virtud en la Edad Media, y nadie puede negar la virtud que demostró la reina María como esposa del El Magnánimo. Su aparición en los tableros de la techumbre debería ser debida a esa circunstancia, pero creemos que también corresponde a un símbolo real, por lo que unir ambos es alcanzar la plenitud. Mención singular merecen las rosas de las tablas entre modillones y canecillos, la reina doña María era por madre una Lancaster, siendo el símbolo de esa nobleza inglesa la flor de lis y la rosa. La flor de lis es un símbolo real de naturaleza casi genérica, que aparece en el timbre de los escudos en la corona. Precisamente nuestros blasones reales no tienen coronas, la explicación que hemos encontrado es que actuaban como lo que eran pero sin que interviniese la Corona en el acto. IX. Sobre las causas de su estado Ha quedado demostrada que al pervivencia es fruto de una intervención de 1987 lo suficientemente culta como para valorar la techumbre, interviniendo de la forma más practica posible. Queda demostrado que el colapso de la techumbre, cinco siglos después, se debió a los daños de la humedad, pero fundamentalmente a las termitas. Habiéndose llegado al extremo de fracturarse correas por perdida de sección eficaz al desaparecer la albura. Que la policromía todavía está presente en gran parte de las piezas existentes, pero cada vez más quebradiza y craquelada X. Sobre la intervención neoclásica Que podemos afirmar que la remodelación de la iglesia gótica, consideraciones estéticas y romanticismos aparte, se hizo con gran maestría y precisión, respetando la estructura de arcos y cubierta.
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