La práctica de la danza supone una importante estimulación motora, visual y auditiva, integrando a la vez varias funciones cerebrales. Este trabajo pretende averiguar si su práctica proporciona beneficios cognitivos análogos a los que diversos autores reportan del estudio de la música: Hallan (2010); Jonides (2008); Rauscher (2003); Schellenberg (2005); ecetéra. Se realizó un estudio experimental con 378 sujetos, niñas de entre 4 y 12 años de edad, de las cuales 184 estudiaban danza en un programa no profesional (grupo experimental) y 194 no estudiaban ni música ni danza (grupo de control). Se les aplicó el Test Breve de Inteligencia de Kaufman que mide inteligencia verbal, inteligencia no verbal y CI compuesto. Las bailarinas obtuvieron mejor puntuación en todas las variables, siendo las diferencias altamente significativas. Podemos concluir que la práctica de la danza mejora el desarrollo cognitivo de las niñas.
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