Tras muchos avalares y años de búsqueda, de esfuerzo y de deseo por demostrar que la unión del movimiento corporal, la música y el manejo de la cuerda, el aro, las mazas, la pelota y la cinta, podría llegar a configurarse como una especialidad gimnástica con entidad propia, la Gimnasia Rítmica Deportiva es reconocida como disciplina independiente en el 41° Congreso de la Federación Internacional de Gimnasia, celebrado en la ciudad de Praga en el año 1962, siendo admitida en el Programa Olímpico a partir de los JJOO de Los Angeles 84. Rápidamente se extiende desde la extinta URSS y Bulgaria, ambos punto de referencia de la Gimnasia Rítmica internacional, hacia los países del este de Europa primero y, de occidente después, llegando también a EEUU, a los países Asiáticos y, a diferentes puntos de Sudamérica. En España, tras dos esporádicas incursiones en el ámbito internacional, la primera en el I Campeonato del Mundo disputado en Budapest (1963) y, la segunda, 10 años después, es a partir de la disputa en Madrid de dos eventos internacionales de la máxima importancia, el VII Campeonato del Mundo (1975) y el I Campeonato de Europa (1978), cuando se da a conocer esta nueva modalidad gimnástica. Para poder participar en este Mundial la Federación Española de Gimnasia crea, en el año 1974, la primera Selección Nacional, de la que hace responsable, hasta 1982, a la búlgara Ivanka Tchakarova, entrenadora reconocida en el ámbito internacional. A partir de ese año, toma la dirección la también búlgara Emilia Boneva. No es hasta el año 1993 cuando, comienzan con éxito su andadura internacional las entrenadoras españolas. En estos años, España consigue numerosos títulos internacionales, entre ellos, el oro olímpico en los JJOO de Atlanta (1996) conseguido por el conjunto español. Desde sus inicios, mucho ha evolucionado este nuevo y joven deporte practicado por miles de niñas en muchos países del mundo y, por supuesto, en España, pero todavía le queda, sobre todo, mucho que investigar. En este sentido, muy escasos son los trabajos serios de investigación que se han publicado sobre distintos aspectos de las gimnastas de Rítmica en activo y, al parecer, inexistentes los versados sobre estas deportistas una vez que se han retirado de la alta competición. Precisamente sobre estas gimnastas ya retiradas de la Gimnasia Rítmica de alto rendimiento se ha llevado a cabo esta Tesis Doctoral. Con el objeto de conocer y, comparar con otros resultados, cómo se han desarrollado en lá Gimnasia Rítmica Española de élite aspectos relacionados con la carrera deportiva de las gimnastas y, cómo han acontecido en las mismas, temas relacionados con su salud y las lesiones, tanto durante la vida de gimnasta cómo desde la retirada hasta el momento actual, hemos seleccionado a todas las gimnastas Españolas que han pertenecido al Equipo Nacional, desde su creación en el año 1974 hasta celebrados los JJOO de Barcelona 92, que han disputado alguno de los distintos eventos más importantes del panorama internacional, como los Campeonatos del Mundo y de Europa, Copas del Mundo y de Europa, así como los JJOO. Población que está formada por 88 gimnastas. Tras localizar y hablar telefónicamente con todas y cada una de ellas y, de enviarles dos tipos distintos de cuestionarios, obtenemos una muestra del 84%, recopilando con ello una valiosa y amplia información sobre aspectos relacionados con la modalidad practicada, la edad de inicio en esta especialidad gimnástica, la edad de acceso a la Selección Nacional, así como la edad de retirada de la Gimnasia y, los días, meses, años y horas que han dedicado a los entrenamientos desde su inicio en su club deportivo hasta las dedicadas durante la permanencia en la Selección. También obtenemos información sobre temas relacionados con los datos antropométricos, con el crecimiento y el historial ginecológico, con los hábitos alimenticios, con los síntomas y enfermedades padecidas, con el tipo de actividad deportiva practicada desde su retirada hasta el momento actual y, sobre la cantidad y etiología de las lesiones, así como las zonas corporales afectadas que las gimnastas han sufrido, tanto durante la práctica deportiva cómo una vez retiradas de la Gimnasia, conociendo, también, cómo perciben su estado de salud actual. Además, hemos averiguado cómo han evolucionado con el tiempo, todos estos aspectos, al comparar los datos obtenidos de las gimnastas de la primera generación (1974-1981) con los de la segunda (1982-1992). Por último, sabemos lo que actualmente opinan todas estas gimnastas acerca de muchos de los aspectos que, en el plano afectivo, vivieron, percibieron y recibieron del entorno que las rodeó durante aquellos años dedicados a la Gimnasia Rítmica de alto rendimiento, sobre todo, de los profesionales, padres, compañeras y padres de estas. Hasta ahora sólo se ha podido hablar de tópicos. A partir de esta investigación podemos, por un lado, tirar por tierra algunos de los calificativos negativos que últimamente se han venido adjudicando a las gimnastas de Rítmica, y por otro, alertar de las consecuencias que, sobre la salud, puede tener la práctica excesiva y no controlada de esta especialidad gimnástica. En la muestra, hemos detectado durante su carrera deportiva, entre otros aspectos, retrasos importantes en la edad de menarquía (50% de amenorrea primaria), irregularidades menstruales (69.4%), tratamiento hormonal (24.3%), toma de medicamentos para adelgazar (31.1% diuréticos y 62.2% laxantes) y un 70.3% de gimnastas que dice haber recibido una alimentación inadecuada. Sin embargo, no hemos encontrado en la actualidad consecuencia alguna de todos estos problemas, como tampoco presencia de anorexia. Respecto a la localización de las lesiones o dolencias, la columna es la zona corporal más afectada, tanto durante la práctica de la Gimnasia Rítmica (37.6%) cómo desde la retirada hasta el momento actual (54%). Padece dolor lumbar el 90.5% de las gimnastas, porcentaje no muy superior al sufrido por la población normal. Parece ser que, actualmente, es la primera generación de gimnastas la que globalmente presenta más patología. Respecto al entorno afectivo que ha rodeado a las gimnastas durante su vida deportiva, sabemos que han echado de menos aspectos tan importantes como, el seguimiento de los estudios, la preocupación por sus necesidades, la preocupación por su futuro y la relación de los profesionales con sus padres. Sólo conociendo la realidad, se puede poner remedio y rectificar, al tiempo que contrarrestar los bulos negativos y sin fundamento que, últimamente, se han atribuido a la Gimnasia Rítmica. En este sentido, con los resultados obtenidos en este estudio podemos afirmar que la práctica de la Gimnasia Rítmica de alto nivel no es tan lesiva cómo se ha dado a entender, siendo comparable a otros deportes e, incluso, situándose por debajo de ellos. No obstante, dada la juventud de la muestra, es posible que pasados unos años aparezcan nuevas patologías y/o aumente la incidencia de las ya existentes y, que éstas, estén relacionadas con la práctica deportiva, cada vez más precoz, intensa y exigente, quedando abierta esta investigación para un futuro.
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