El trabajo consiste en un estudio del control penal del fenómeno migratorio. La hipótesis de partida indica que la migración se está “gestionando” a través de instrumentos punitivos, antes que de integración social, lo que provoca una elevada criminalización y exclusión social de los inmigrantes extracomunitarios. La tesis se estructura en tres grandes partes: la primera dedicada a la historia del pensamiento criminológico respecto a los migrantes; la segunda a las investigaciones contemporáneas sobre discriminación racial en el sistema penal; y la tercera al análisis socio-jurídico de la normativa de control de la inmigración en España. Se parte de la premisa que el sistema penal no persigue todos los delitos cometidos sino tan sólo una pequeña parte que selecciona en base a factores muy variados, los cuales a menudo implican el ejercicio de discriminación racial, tanto imputable a actividades individuales de los operadores como a factores institucionales del sistema penal y estructurales de la sociedad. Se intenta demostrar que el funcionamiento discriminatorio del sistema penal no es atribuible tan sólo a la actividad de sus instancias de aplicación –criminalización secundaria-. La ley penal tiene un papel fundamental de definición de los delitos y las penas -criminalización primaria-; a la vez que las leyes de control de los flujos migratorios, que confieren a la inmigración irregular un estatus cuasi-delictivo y un tratamiento represivo, atribuyen fundamento legal a la discriminación de los extranjeros y contribuyen a su mayor criminalización. Del carácter discriminatorio de las leyes de control de los flujos migratorios se ocupa la última parte de la Tesis, intentando mostrar que se ha optado por una opción eminentemente represiva respecto al proceso migratorio, donde los mecanismos de repatriación, expulsión e internamiento son utilizados como instrumentos ordinarios de “gestión” de los flujos migratorios.
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