La imagen ultrasónica se utiliza habitualmente en el ámbito médico (ecografía) y, más recientemente, en el industrial (Evaluación No Destructiva, END), como una potente herramienta para el diagnóstico. Una imagen ultrasónica clásica representa la amplitud de los ecos producidos por los cambios de impedancia acústica en el material, y por tanto, contiene información sobre la estructura interna del medio inspeccionado. Su mayor desarrollo se ha producido en los últimos 30 años desde la introducción del array formado por un gran número N de elementos transductores de pequeño tamaño que, controlados individualmente en emisión y recepción, permiten modificar las características del haz. El proceso por el cual se combinan las señales emitidas y recibidas por los elementos del array se denomina conformación del haz. Los conformadores convencionales, denominados de retardo y suma, se basan en retrasar las señales emitidas y recibidas para compensar las diferencias en los tiempos de vuelo desde cada elemento del array al foco.
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