La ERC se ha convertido en un problema de salud pública creciente, por su importante prevalencia y morbimortalidad asociada. Miles de pacientes deben incorporarse cada año a un programa de TRS, donde la verdadera elección de una modalidad de diálisis no siempre se está alcanzando. Tan solo en España, actualmente, 45.000 pacientes (el 0,1 de la población), consumen casi el 2,5 del gasto sanitario general del país. Aunque existen diversas guías clínicas, nacionales e internacionales, de cómo deb e ser el manejo clínico de estos pacientes, el hecho es que ninguna recoge el procedimiento o proceso de planificación para conseguir los objetivos que proponen. Así pues, el espacio abierto para la mejora de procesos en ERCA es francamente mejorable . Tanto la DP como la HD, son técnicas eficaces en la sustitución de la función renal, complementarias y no competitivas, pero con una presencia muy variable según áreas geográficas, que difícilmente se puede explicar por criterios exclusivamente clí nicos. En España, excluyendo los pacientes que están trasplantados, el 90 de pacientes dializados se encuentran en HD y un 10 en DP. Son probablemente los factores estructurales los que juegan un mayor papel en esta infrautilización de la DP, pero la falta de monitorización de procesos, nos hace permanecer en incertidumbre. Contrariamente a lo que pudiera parecer, al menos un 70-80 de los pacientes podrían ser candidatos a incluirse en cualquier programa de TRS, pero según recientes estudios publicados en Norteamérica y por ALCER (España), la información que están recibiendo los pacientes parece insuficiente, mejorable y casi limitada exclusivamente a la HD. El ¿cuidado integrado de la ERCA¿, postulado en el año 2000, y entendido como el inicio en DP con una transferencia precoz y/o adecuada a HD, es todavía hoy, con certeza, el que mejores resultados de supervivencia ha mostrado en la evolución de los pacientes con ERCA, pero su implantación es variable y posiblemente escasa. Son r equisitos imprescindibles para un buen manejo clínico de la ERC/ERCA, la referencia precoz al nefrólogo (al menos 3 meses antes de la entrada en TRS), aunque con seguridad este tiempo se torna insuficiente para la realización y adecuación de todas la s RESUMEN 17 facetas que hay que cubrir en estos pacientes. De forma similar a otros problemas sanitarios, la referencia tardía es variable entre países y organizaciones, poniendo de manifiesto las interrelaciones que lo condicionan: pacientes, otros
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