Resumen de Obesity as a mediator between physical fitness and cardiometabolic risk in children
La obesidad infantil es uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI. El mantenimiento de un exceso de peso hasta la edad adulta se asocia a múltiples complicaciones. Una de ellas es el síndrome metabólico. Este clúster o conjunto de factores de riesgo se considera predictor de enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus tipo 2. Este síndrome tiene una especial relevancia en niños, por su asociada morbilidad, consecuencias a medio-largo plazo y por los datos de prevalencia en Europa, donde este síndrome afecta a un 35.3% de los niños con sobrepeso y obesidad y a un 2,1% de la población infantil general según la definición ATP-III modificada para niños. La condición física cardiorrespiratoria y muscular están asociados positivamente al síndrome metabólico, y se ha establecido como una poderosa herramienta para prevenir el riesgo cardiometabólico y para la mejora del estado de salud general. El estudio de los beneficios de la condición física sobre el síndrome metabólico desde los primeros años de vida, y como la obesidad puede influenciar en esa relación es importante para la prevención de diabetes mellitus tipo 2 (DM tipo 2) y enfermedad cardiovascular en el futuro. Esta Tesis Doctoral incluye dos artículos originales cuyo objetivo fue analizar el papel mediador de la obesidad en la relación entre la condición física cardiorrespiratoria y muscular y el riesgo cardiometabólico en escolares de 8 a 11 años. Metodología: Se llevaron a cabo dos estudio transversales de las mediciones basales del proyecto MOVI-2, un programa para evaluar la efectividad de un programa de actividad física para la prevención del sobrepeso en escolares de entre 8 y 11 años con el objetivo de analizar el papel mediador de la obesidad entre la condición física y el riesgo cardiometabólico en escolares. Resultados: Los resultados mostraron que los niños con normopeso presentaron un mejor perfil cardiometabólico que los que tenían sobrepeso u obesidad y también que aquellos con mejor condición física presentaron un menor índice de riesgo cardiometabólico, pero al controlar los resultados por el índice de masa corporal (IMC), se atenuaron estos beneficios. El IMC resultó un mediador entre la condición física y el riesgo cardiometabólico. Conclusiones: Por tanto se concluye que, para que los programas de actividad física sean realmente efectivos deben basarse, no solo en la mejora de la condición física si no en una reducción del peso corporal, para contribuir a la prevención de enfermedad cardiovascular y DM tipo 2, especialmente en niños obesos.
