El cese de actividad del negocio implica una serie de compromisos en el ámbito laboral y fiscal. El cese puede ser por causas empresariales (cierre por cese de actividad) o por causas ajenas al empresario (accidente, jubilación o muerte). En el caso de las indemnizaciones a abonar a los trabajadores de la empresa que cesa en su actividad, las cantidades serán bien diferentes si se trata de una sociedad anónima o de una firma con entidad jurídica de persona física; en este último caso las cantidades a abonar son más inferiores (siempre que no hablemos de indemnizaciones por despido, sino por cese de negocio). Por otro lado, las obligaciones fiscales hacen referencia al incremento de patrimonio que puede ocasionarse por la venta de propiedades adscritas a la actividad del negocio.
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