Disponemos de una serie de argumentos que justifican la adopción de una posición favorable a la tutorización del alumnado universitario. En primer lugar, la tutoría ayuda a resolver las dificultades que plantea la mayor heterogeneidad del alumnado, debida a una mayor diversificación del acceso a la Universidad. En segundo lugar, facilita la orientación curricular ligada a las salidas profesionales y al acceso a otros estudios, así como garantiza la transparencia y la comparabilidad exigidas por el Espacio Europeo de Educación Superior. En tercer lugar, contribuye a atender a los estudiantes que tienen dificultad para lograr un seguimiento regular de los estudios. Y en cuarto lugar, mejora la imagen pública y la proyección externa de la Universidad, así como la fidelización de los estudiantes, y ofrece opiniones que facilitan el aprendizaje a lo largo de la vida. Por lo que respecta a los objetivos que nos planteamos, por un lado, analizaremos cuáles son los roles y competencias que definen el perfil de un profesor-tutor ideal; asimismo, estableceremos un marco global de actuación que responda a las necesidades emergentes de los estudiantes a lo largo de la formación académica; así como dotar al alumnado de estímulos para el desarrollo de la reflexión, el diálogo, la autonomía y la crítica en el ámbito académico; para lo que esbozaremos un análisis cuantitativo y cualitativo acerca de cómo perciben las tutorías los estudiantes de pedagogía.
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