En este artículo reflexiono en las complejas y contradictorias maneras en que un equipo de Cuidados Paliativos desarrolla un discurso y un sentido del humor particulares mientras asisten a personas que experimentan enfermedades terminales. El objetivo es pensar cómo los profesionales paliativistas manipulan, refuerzan, resignifican, y sobre todo, se apropian de una forma de comunicación verbal y no-verbal en la cual el silencio, el humor y la risa conforman una parte central de las tácticas terapéuticas de interacción con pacientes. Además, considero el uso del humor como modo de relacionarse con las presiones y contradicciones de la construcción cotidiana de su campo profesional.
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