Citando a Lagache (En «Psychanalyse et structure de la personnalité» 1961): «Antes de existir en, para y por él mismo; el niño existe en, por y para los otros». Pero también, y en esta ocasión parafraseando a Shakespeare: «Las cartas nos vienen dadas, pero la partida la jugamos nosotros».
En la presente exposición, pretendo ilustrar a través del trabajo realizado con una nena de cuatro años, a la que llamaré Montse:
- La importancia de la constelación familiar y el deseo parental, en la construcción del psiquismo infantil.
- Cómo operan los fenómenos identificatorios y los mecanismos defensivos, en esa construcción psíquica.
- Y de que manera a través de la relación terapéutica y los instrumentos de los que disponemos en la misma, podemos ayudar al individuo a que juegue la partida de la manera más idónea para él.
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