Rafael Porlán Ariza, Nicolás de Alba Fernández
En este artículo se argumenta que la escuela debe tomar en consideración, de una manera efectiva y profunda, el punto de vista de los niños, niñas y adolescentes.
Por un lado, porque es un derecho reconocido y, por otro, porque favorece el despertar de sus conciencias como personas, su auto-valoración, su implicación responsable en el ejercicio de derechos y deberes y en la transformación de la propia escuela. Para ilustrar lo anterior, en el artículo se describe también la experiencia de veinte aulas de Sevilla que durante un tiempo han trabajado sobre el modelo de escuela que los estudiantes quieren y la jornada colectiva celebrada en la Facultad de Ciencias de la Educación para exponer y compartir sus conclusiones y propuestas.
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