Las fuentes arqueológicas proporcionan un valioso material para la enseñanza de la historia porque permiten trabajar sobre objetos concretos y no sobre conceptos abstractos, y porque se pueden trabajar a partir del método de indagación y análisis; cosa que favorece la adquisición de competencias de razonamiento y capacidad crítica. Pero saber cómo organizar este aprendizaje no siempre es fácil. Para ello presentamos un ejemplo práctico a partir de las excavaciones realizadas en una trinchera republicana en la cual los arqueólogos documentaron un combate que sucedió durante el último día de la Batalla del Ebro, el 15 de noviembre de 1938
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