María Fernanda Melgar, Danilo Donolo
El aprendizaje humano es vital. Es un proceso personal y social, las personas no sólo nos formamos en espacios determinados sino en casi todos los ambientes en los que participamos y a través de una gran variedad de recursos. Si bien es una idea general aceptar que aprendemos principalmente en contextos educativos formales como la escuela, en nuestras sociedades existen una variedad de escenarios que permiten que construyamos conocimientos y experiencias. El artículo llama la atención sobre algunos escenarios interesantes desde el punto de vista del aprendizaje, espacios quizás algo relegados en tiempos más recientes pero que van imponiendo su impronta en las comunidades actuales con la toma de conciencia de la importancia de la conservación de los ambientes naturales, por el valor que atribuimos a la historia para entender por qué somos como somos y cómo llegamos a estos niveles de responsabilidad, y por la presencia avasallante de tecnologías que potencian el conocimiento y el desarrollo. En especial proponemos una breve descripción de la presencia de escenarios de patrimonio natural, la presencia de los museos y la influencia ejercida por Internet en la propuesta de los museos. Además, presentamos algunas actividades que puestas a acción en una serie de prácticas formativas han mostrado potencialidad para integrarse a la educación formal
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