Introducción. El trastorno específico del lenguaje (TEL) se diagnostica cuando un niño manifiesta dificultades para producir o entender el lenguaje hablado sin motivo aparente. El diagnóstico se establece cuando el desarrollo del lenguaje no sigue la pauta de los demás aspectos del desarrollo, y han quedado excluidas otras posibles causas. Desarrollo. Durante los últimos años, las neurociencias se han aproximado al estudio del TEL. Se cree que la clave para una adquisición correcta del lenguaje es la capacidad de procesar dos o más estímulos auditivos que se presentan en una sucesión rápida. Una hipótesis que se ha planteado es que el TEL es una consecuencia de unas anomalías de bajo nivel en la percepción auditiva. Además, los niños con TEL manifiestan un déficit específico en la discriminación automática de las sílabas. Es posible que los métodos electrofisiológicos revelen una inmadurez u otra anomalía subyacente del procesamiento auditivo, incluso cuando los umbrales conductuales parecen normales. Conclusiones. Hay mucha polémica sobre el papel de dichos déficit en la etiología de las dificultades lingüísticas, y ha sido difícil establecer unos resultados consistentes y repetibles en esta área debido a la heterogeneidad de la población y también porque no se ha prestado suficiente atención a los aspectos relacionados con la maduración del procesamiento auditivo.
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